El Valencia sigue sin convencer. Por momentos gusta, por momentos aburre. Todos los momentos tienen algo en común: los partidos nunca se cierran. Las Palmas estaba más preocupada del partido del próximo fin de semana que de irse a tomar una copa la semana que viene. Y en esas anduvo el encuentro, todos quisieron y ninguno se atrevió. Solo la clarividencia de André Gomes y su bonita asistencia a Rodrigo en la primera parte, permiten al Valencia ser el último equipo clasificado para la penúltima ronda copera.
La primera parte fue una oda a la lentitud, a la pausa, a la tranquilidad de quien sabe que esta no es su competición. Los insulares olieron la oportunidad, pero solo encontraban el camino hasta la frontal del área. Allí se perdían los pases que Tana, Viera o Momo intentaban. Por su parte, los del Mediterráneo tenían la salida bien aprendida: Gayá muy abierto a la izquierda y André y Piatti en sus ayudas. Corría el minuto 20 cuando una arrancada por la derecha de André Gomes y una preciosa asistencia al punto de penalti sirvió para que Rodrigo hiciera el primer y único gol del partido. No hubieron ocasiones de gol que levantasen a la afición de su asiento.
Si los primeros 45 minutos no fueron vertiginosos, el inicio de la segunda parte no fue el caos propiamente dicho. La calma continuó hasta el minuto 65, únicamente las arrancadas de André Gomes o Momo podían presagiar un cambio de rumbo. Sin buscarlo y sin pretenderlo Las Palmas se vio metida en el partido faltando menos de media hora de juego. Surgió un cierto descontrol que agradó al espectador neutro. Rodrigo pudo sentenciar con una vaselina, Momo hizo estirarse a Ryan para sacar una volea perfecta del canario, Negredo se quedó solo ante Raúl y se equivocó en el golpeo. Todas quedaron en nada el 0-1 no se movió del marcador y el Valencia ya espera las semifinales gracias al ‘pase’ de André.