Victoria de los nervionenses en la ida de semifinales de la UEFA Europa League. Los de Emery vencen 2-0 a un buen Valencia.
La dinámica del Sevilla da miedo e invita a soñar con cotas altísimas. La semana es larga. Primero el Valencia, luego el Athletic, y el próximo jueves la vuelta de la eliminatoria con los chés. Este Sevilla es capaz de dominarlo todo aún siendo dominado. Los minutos en los que el Valencia era superior, no han servido para inquietar apenas a una defensa que suma tanto o más como los de arriba, que ya es decir.
El conjunto de Emery domina todas las facetas del juego. Domina el orden, la solidez y sobre todo la solidaridad en defensa. Juegue quien juegue, sin Coke ni Alberto Moreno, Diogo y Fernando Navarro han suplido las bajas sin notarse absolutamente un ápice en la eficacia del equipo. Eficacia que se demuestra cuando el Sevilla aprieta lo más mínimo, consigue rentas, porque los de arriba son muy buenos.
El Valencia, podríamos haber visto el equipo de liga, el de Basilea, o el de la vuelta con los suizos. No fue ninguno de ellos, pero se acercó al equipo que empuja y sabe a lo que juega. En muchas fases del partido tuvo el dominio y el control al menos del balón. Las ocasiones, la gran mayoría cayeron del lado sevillista, sobre todo a balón parado. El partido comenzó distinto a lo que los nervionenses acostumbran. Trataron de salir enchufados, pero el Valencia lo hizo más. Le puso más intensidad más ganas, aunque sin premio. Intercambiaba verticalidad con juego horizontal bajo la batuta de Parejo. El Sevilla, quizás el equipo más cómodo en esas situaciones junto con el Atlético de Madrid, parecía esperar. En algún momento aparecerían los de arriba. Bacca hizo lo que quiso con la defensa valencianista, Rakitic se movió a sus anchas, y el Sevilla se movió como pez en el agua a la contra. Un par de buenos pases de Rakitic y Reyes sirvieron para crear peligro, pero el gol llegó tras una falta, como no.
Emery y la estrategia. Podrían haber caído hoy cuatro goles, tres de ellos de Fazio, y nadie hubiese dicho que fuese injusto. Superioridad abrumadora a balón parado. Rakitic la puso, y M’bia, en claro fuera de juego, definió de tacón ante Guaita. El error arbitral no ha sido el único, es más, el colegiado pocos aciertos ha tenido. Un esperpento. Se adelantó el Sevilla y se vino abajo Nervión, y como ya nos tienen acostumbrados los de Unai Emery, aprovecharon el tirón, y en una contra rapidísima, Vitolo le puso un balón a Bacca donde al colombiano todavía no se le ha visto perdonar. La cruzó, y gol. Dos a cero. El paraíso. Demasiado castigo para un buen Valencia hasta el momento, aunque lo cierto es que los goles llegaron tras la primera media hora, donde el Sevilla empezó a ser superior. Una marcha más. Y dos goles.
De ahí a la segunda mitad. Un partidazo. Ocasiones para ambos. Ida y vuelta. Beto y Guaita. El balón iba y volvía rápido, no existía el centro del campo. El Valencia apretaba, y el Sevilla salía a la contra. Un partido que nada tiene que envidiar a los de Liga de Campeones.
El Sevilla ha podido sentenciar la eliminatoria tanto como el Valencia acortar distancias. La única verdad es que el Sevilla parece imparable, y que el domingo tiene el partido del año en liga. De ganar se pondría por delante del Athletic y en puestos de Liga de Campeones. El tramo final de liga de los sevillistas recuerda, y mucho, a lo vivido hace ya nueve años, y ya sabemos como acabó aquello. Pero cuidado, que queda Mestalla.