Un tremendo fallo del portero del Málaga regala al Valencia sus tres primeros puntos en Liga
Alejandro Rozada (@alexrozada)
Nunca había marcado Ricardo Costa con el pie en nuestra Liga. El dato es espeluznante. Tanto que le puso los pelos de punta (y eso tiene mérito) al mismísimo Willy Caballero. El portero del Málaga salió de su alegre estancia entre maderas, como quien sale de su casa a la frutería a por un racimo de uvas, para servir el gol en bandeja al defensa portugués. Costa, que sumaba 4 goles de cabeza en el campeonato liguero, se encontró con el regalo en posición franca para marcar y no desperdició la ocasión de certificar con su bota derecha que no hay quinto malo. Como quien no quiere la cosa, un Valencia no excesivamente virtuoso se encontró con sus primeros tres puntos en la competición.
Le queda mucho trabajo por delante a Djukic, que se ha encontrado con un equipo bien distinto al Valladolid al que entrenaba el curso pasado. La idea futbolística del técnico serbio apenas se vislumbra a grandes rasgos y de momento fía los resultados a la intensidad de sus jugadores. En plena génesis de la Liga, con la canícula estival todavía apretando, no es tiempo para florituras. Lo importante es ir cultivando puntos por aquí y por allá, sumar antes de recoger. La recolección ya llegará al final de temporada, pensará no son razón el míster. Así que, en su vuelta a Mestalla, un dulce recuerdo de su etapa como futbolista, se encargó de presentar a un equipo ordenado y coherente en el trato con el balón, apoyado en Javi Fuego e impulsado por los laterales Pereira y Bernat, apoyados en los tres tenores (Fede, Viera y Banega). El argentino no tuvo muchas ocasiones para destacar y finalmente se aferró al balón parado para intentar llamar la atención como tanto le gusta; intento infructuoso porque no iba a ser una noche especialmente dichosa para él. Tampoco se lució el debutante Helder Postiga, aunque no dejó de fajarse con Angeleri y Tissone ni un instante. Postiga se quiere sacar, aunque sea a base de codazos, el recuerdo del descenso que vivió hace apenas dos meses con el Zaragoza.
Si a Djukic aún le queda mucho trabajo para imprimir su sello al Valencia, parece que Schuster necesitará todavía más tiempo para recuperar a ese Málaga cautivador de Pellegrini. Lo tendrá en japonés. Ha perdido a puntales como Isco, Joaquín, Demichelis o Toulalan, y eso se nota. Los malacitanos permanecieron unidos y compactos sobre el campo para dificultar y discutir la posesión valencianista, pero el gol de Costa les pesó demasiado. Si a eso se le suma su pobre bagaje ofensivo y la falta de personalidad mostrada a la hora de combinar, el resultado es fiarlo todo a la resistencia defensiva. Y si Caballero se empeña en hacer feliz a un defensa del equipo rival, la derrota se puede dar por descontada. Aún le queda mucho camino por recorrer al Málaga y sería prematuro establecer conclusiones lapidarias, pero ahora mismo parece muy lejos de la nobleza de antaño.