Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
“Ha estado apretado” ha dicho Heynckes. Más bien, ha sido cardiaco. Las pulsaciones de los aficionados del Bayern de Múnich se dispararon ayer en el Allianz Arena. El Fortuna Düsseldorf ponía en aprietos al líder desde el minuto dieciséis y no aflojaba el ritmo. La imbatibilidad del líder estaba en peligro, y eso, no estaba entre los planes de los muniqueses.
Tras el pitido inicial, el equipo local controlaba el balón pero el Fortuna estaba muy bien colocado. Este fue el principal motivo por el que a los de Heynckes les costó entrar en el partido. Pero no tenían más remedio que centrarse y, rápido, porque el primer gol en contra llegó de una jugada trenzada en la que Van Der Bergh centra desde la izquierda, Lambert cede de cabeza y Bolly no perdona ante Neuer. Los visitantes tenían ganas de dar la sorpresa de la jornada y no cesarían en ello. Al filo del descanso, empataba el Bayern. Lahm hacia un pase a Müller y éste hizo un disparo cruzado que entró hasta la malla. Con un empate a uno, algo más aliviados, los jugadores del Bayern acudieron al túnel de vestuarios sabiendo que había que mejorar. Heynckes reconoció que hasta ese momento jugaron de manera muy pasiva, no corrieron y no hicieron las transiciones como están acostumbrados.
Cómo sería la segunda mitad era un interrogante, pero si las pulsaciones ya estaban alteradas. Los siguientes cuarenta y cinco minutos fueron de infarto.
En el setenta y uno se adelantaba de nuevo el Fortuna, Lambertz tras ganarle la espalda a la defensa bávara anotó el segundo. Poco les duró la alegría porque a los tres minutos, Ribèry con un potente disparo envió el balón a la escuadra y empataba de nuevo el encuentro. Todavía quedaba un cuarto de hora de partido y los dos equipos querían la victoria. Pero con la clase que les caracteriza y con el Allianz Arena arropando a los suyos, llegó el tercero en el minuto ochenta y seis. Gracias a un centro de Lahm, Boateng envió el balón dentro de la portería de Giefer. Momento de gran euforia en la afición muniquesa que veía cómo su equipo es capaz de remontar hasta en dos ocasiones, y encima, pelea por los tres puntos hasta el final.
Vaya inyección de moral se llevó el Bayern de Múnich ayer. Suma sesenta y seis puntos, está a veinte del Dortmund que perdió en el clásico contra el Schalke y a veintiuno del Leverkusen que también fue derrotado por el Mainz. El miércoles el Arsenal visita el Allianz Arena para remontar el adverso resultado que tiene en la eliminatoria de la Champions. Los de Heynckes ya han demostrado que saben reaccionar en las situaciones más complicadas, y que reaccionan bien. Vibrante se presenta el encuentro de la Liga de Campeones.