El ex guardameta blanco se despidió del madridismo leyendo un comunicado y sin admitir ninguna pregunta. Fue una emotiva despedida donde se destacó la ausencia de los dirigentes de la entidad blanca.
Iker Casillas pone punto final a su trayectoria en el Real Madrid tras veinticinco años en la entidad blanca, en la cual ha jugado dieciséis temporadas en el primer equipo, 725 partidos disputados y con el que ha ganado: tres Copas de Europa, cinco Ligas, dos Copas del Rey, una Intercontinental, dos Supercopas de Europa, un Mundialito y cuatro Supercopas de España. Él hasta ahora capitán del Real Madrid ha dicho adiós “a su club” ante la prensa, leyendo un comunicado de despedida, solo y con lágrimas en los ojos.
A las doce y punto de la mañana entró el ex capitán blanco por última vez a la sala de prensa del Bernabeu donde estaba establecida la despedida. Casillas entró sonriente e incluso bromeando con los fotógrafos: “Luego vas a tener otra con las lágrimas”, dijo antes de leer el comunicado a un fotógrafo. “Leer esto son 30 segundos, pero tardaré una hora”, comentó antes de romper a llorar.
Tras bromear con los periodistas quiso empezar a leer el comunicado pero al intentar comenzar no pudo evitar emocionarse. “En primer lugar –dijo con dificultad-, gracias por estar aquí, por acompañarme en este momento tan especial. He venido a este gran estadio para despedirme de todos vosotros y en especial de los madridistas. Desde ayer dejé de pertenecer al Real Madrid. La decisión de irme al Oporto es por la ilusión que me han transmitido, presidente, el entrenador Lopetegui y todo equipo. Y segundo por las muestras de cariño que he ido recibiendo de la gente cuando se supo que mi destino era Portugal. Me han ganado y eso me pone muy contento, haré todo lo posible por no defraudarles y lucharé al máximo. Gracias Oporto por haber confiado en mí».
Casillas procedió con el agradecimiento a los madridistas, a todos sus compañeros y entrenadores durante toda su trayectoria en la entidad blanca. «Ahora me dirijo a los madridistas, después de 25 años defendiendo el escudo del mejor equipo del mundo, llega el difícil día de decir adiós a esta institución que me lo ha dado todo. Parece que ayer cuando, siendo un niño, vestí por primera vez esta camiseta y cumplía un sueño. Durante este tiempo hemos reído, llorado, ganado, perdido… Este club me ha formado como persona, me ha ayudado a crecer, con valores como el respeto, compañerismo y, sobre todo, humildad. He tratado de llevarlos allá donde he ido. Me acuerdo de todos los compañeros que he tenido, he vivido momentos únicos con ellos y han sido mi familia. Dejo grandes amigos. También de todos mis entrenadores, desde los que tuve cuando empecé de niño. A Mezquita, que me rescató, hasta a mi último entrenador: Carlo Ancelotti. De todos he aprendido muchas cosas. A los cuerpos técnicos. Todos me han transmitido comprensión, sabiduría, experiencia y profesionalidad».
El exguardameta blanco continuo con el agradecimiento hacia su familia: «Todo mi cariño a mi padre y familia, que me han ayudado tanto. Y sobre todo, a mi mujer y mi hijo que han compartido esta apasionante camino día a día».
Y por último se dirigió a la afición: «Estas últimas líneas, se las quiero dedicar al madridismo. Gracias a vuestro apoyo incondicional. Por ayudarme a levantar cada copa, por estar ahí, por tenderme la mano y tirar de ella para levantarme. Independientemente de que haya sido buen o mal portero, espero que la gente se acuerde de mí por ser buena persona, con mis defectos y cualidades. Gracias, gracias, miles de gracias. Nunca os podré olvidar y allá donde vaya, seguiré gritando ¡Hala Madrid!»
Casillas abandonó la sala de prensa del Bernabeu diciendo: «No voy a decir adiós, porque será un punto y seguido». Se levantó y se fue, aplaudido por los presentes en la sala de prensa