Carlos Oleagoitia (@oleagoicarlos)
El británico del Omega tira de jerarquía y estrena su casillero de sprints en la primera grande del año
El prólogo del Giro de Italia 2013 cambió de tendencia y no se eligió una crono corta para dirimir el primer líder de la carrera, sino una aburrida y larga etapa de 156 kilómetros entre Napoles y Napoles que se anotó el dominador de los sprints del ciclismo mundial los últimos años, un Mark Cavendish que se congració con su equipo de este año. El oriundo de la Isla de Man había sido el niño mimado del Columbia, cuando todo el quipo giraba en torno a sus potentes sprints y trabajaban para él, pero el año pasado eligió emigrar al Sky, el todopoderoso equipo norteamericano en el que no era la pieza central, ni mucho menos. Para esta temporada apostó por los belgas del Omega-Quick Step y si bien los comandados por Patrick Lefevre priorizan las clásicas, tampoco son tan tontos como para abandonar a su suerte a Cavendish en los sprints, al estilo Freire digamos. Este año no estaba siendo esplendorosa para el rey de las llegadas masivas pero en un sprint descontrolado se impuso con relativa comodidad al italiano Viviani (Cannondale, un joven que promete en esto de los sprints) y al campeón francés en ruta Bouhanni (FDJ), para vestir el rosa inaugural y acrecentar su palmarés en la ronda italiana, que ya se acerca a la decena con esta su octava etapa en un Giro.
El valiente de la jornada había sido el australiano Cameron Wurf (Cannondale), al que se le ocurrió la locura de desafiar al pelotón en solitario y a quien el circuito de 8 kilómetros de la capital napolitana por donde transcurrió la parte final de la etapa se le hizo interminable cada vez que pasaba por la línea de meta y ver que debía dar más y más vueltas. Engullido el escapado a poco más de 20 kilómetros, el sosiego que caracterizan los compases iniciales de cada etapa del Giro se convirtió en nervios y tensión cuando el Sky quiso poner algo de control a la carrera. En esta ocasión no hubo ninguna caída aparatosa ni ningún favorito a la general se vió involucrado en problemas, únicamente el Euskaltel Urtasun raspó el asfalto y tras la etapa se fue directo al hospital para evaluar los daños que pudiera haber sufrido.
Una vez engullido al escapado, ningún ciclista pudo romper la tiranía y el alto ritmo del pelotón, pero ningún quipo pudo asumir el control total de la carrera. Entre los australianos del Orica y los italianos del Cannondale desplazaron a los Sky del frente de la carrera y ni siquiera los Omega pudieron entrometerse entre ellos. A falta de dos kilometros un paso de cebra adoquinado en una curva traicionera cortó el pelotón dejando a los 15 primeros como avanzadilla y si bien el alemán Hondo (Radioshack) parecía descolocar al máximo favorito, la superioridad de los Orica con tres hombres no fue suficiente para evitar que Cavendish esperase a los últimos 200 metros para por el centro derecho de la llegada batiese con potencia y solvencia a todos los osados que creyeron poder batirle en un sprint. Uno de ellos fue el cántabro Ventoso (Movistar), pero el campeón español no tuvo hoy su día o fuerzas suficientes como para emular las dos etapas que ya lleva anotadas en esta carrera en anteriores ediciones.
Mañana domingo 5 de mayo se disputará la segunda etapa del Giro de Italia 2013 con una contrarreloj por equipos de 17 kilómetros entre Ischia–Forio y en el que el Sky parte como indiscutible favorito con Wiggins a la cabeza.