La primera gran llegada en alto de este Tour de Francia no ha hecho más que confirmar todas las sospechas generadas durante los primeros días de competición. Chris Froome (Sky) está no uno sino varios peldaños por encima del resto. La etapa le venía como anillo al dedo para lucir su estado de forma y su potenciómetro, y no defraudó. Masacró a todos y cada uno de sus rivales en las duras y sofocantes rampas de la Pierre-Saint-Martin y tiene medio Tour en el bolsillo. De los 4 fantásticos de los que veníamos hablando hasta ahora -ya no serán 4, ni fantásticos- sólo Nairo Quintana (Movistar) pareció aguntar en cierto modo el arreón del keniata. Se dejó un minuto en la llegada. Nibali (Astana) enseguida confirmó que lo del sábado en el Muro de Bretaña no fue accidente. Perdió 4 minutos y medio en meta. Contador (Tinkoff) venía a este Tour a por un doblete que ni Armstrong -ni Induráin en sus últimos años- se había atrevido a abordar. Ya está a 4 minutos en la general. Van Garderen (BMC) –el quinto Beatle-, visto lo visto, ni fu ni fa. Su segunda posición en la general pero lejos de Froome (2′ 52») unido a sus ansias por pisar el podio de París (es el único del grupo que no lo ha hecho), tal vez lo conviertan enseguida más en un aliado de Sky que en un rival. Veremos. De los pocos felices tras la etapa de hoy, al margen de los Sky –Richie Porte fue segundo y Geraint Thomas sexto- uno de ellos será Robert Gesink (Lotto), que fue el primero en romper las hostilidades y que finalmente acabó en una honrosa cuarta plaza a minuto y medio de Froome.
¿Se ha acabado aquí el Tour 2015? Con lo que queda (no hay respiro hasta París) sería una osadía afirmarlo. Ahora bien, siendo conscientes del golpe de pedal de Froome y de la distancia con sus rivales, ciertamente éstos lo van a tener muy complicado para batirlo. ¿Posibilidades? En el mano a mano, a día de hoy, parece que ni Quintana será capaz de inquietarlo, así que las alternativas deben proceder más del plano táctico. Las opciones más interesantes serían por un lado los movimientos que pueda realizar Movistar con Nairo y Valverde bien colocados. Las ganas de arriesgar de los de Unzúe serán inversamente proporcionales a lo cerca que se encuentre el «Bala» del podio (también éste, al final de su carrera suspira por subirse al cajón y tener una foto con el Arco del Triunfo de fondo). Por otro lado está el pundonor de Alberto Contador, que no luchará por ser segundo ni tercero. Si recupera sus piernas (sólo con pundonor no se gana un Tour) será quien tenga alguna opción de poner en aprietos a Chris Froome. De hecho mañana hay una buena ocasión en el Tourmalet (en la subida o en la bajada) camino de Cauterets y seguro que lo prueba, con permiso de los hombres de negro. Y la última opción es el propio Froome. En su sublime Tour de 2013 acabó con la gasolina justa en los Alpes. En una carrera sin prácticamente respiro en 3 semanas es probable que hasta un cyborg tenga un día malo.