El inicio del Tour en la mediterránea isla francesa deja dos extraños y desordenados sprints donde ni Cavendish ni Sagan pudieron escenificar sus duelos de llegadores
Carlos Oleagoitia (@oleagoicarlos)
El Tour del Centenario arrancó ayer sábado en la enorme isla mediterránea de Córcega por la costa norte y si bien dejó un sprint atropellado sin ninguno de los grandes nombres, una chapuza de renombre estuvo a punto de empañar la mejor carrera del mundo. A falta de 15 kilómetros de meta todo marchaba rodado para el pelotón sin ningún sobresalto y cuando todos se congratulaban de que podía ser un primer día histórico sin caídas ni incidencias, comenzó un circo involuntario: el autobús del Orica australiano se quedaba enganchado en su parte superior con el arco de la meta de llegada cuando los ciclistas estaban a poco menos de 10 kilómetros para el final y ante la magnitud de la enganchada del autobús, que no podía liberarse, comenzó la incertidumbre: ¿habría final de etapa? ¿se suspendería y no se proclamaría ganador alguno? ¿era la rotonda que se pasaba a 3 kilómetros la opción idónea?
Y en esas llegaría a 6 kilómetros de meta una aparatosa caída en cabeza de de pelotón que cortaba tanto a muchos llegadores como a casi todos los favoritos de la general, pero la organización optaría no picar tiempos alegando que el nerviosismo fue generado por la problemática del ‘autobús varado’. Con tanta confusión, quien mejor rédito sacó fue el alemán Marcel Kittel (Argos) que se anotó un sprint de fuerza y el primer maillot en Bastia, pero al día siguiente, camino de Ajaccio cruzando toda la isla en un recorrido rompepiernas lo cedió al belga Bakelants (RadioShack) que con un ataque a poco más del último kilómetro logró soltar lastre con el pelotón y aguantar la embestida final de Sagan (Cannondale). De Cavendish (Omega) no se tuvo noticias en las dos llegadas.
Los favoritos, con el Sky de Froome y el SaxoTinkoff de Contador, al mando, siguen esperando a la crono de por equipos de la cuarta etapa pero antes deberán afrontar la tercera etapa entre Ajaccio y Calvi de 145 kilómetros por la costa oeste corsa en otro trazado quebrado.