Casquero se luce con dos goles que dan la victoria ante un desahuciado Xerez
Por Alejandro Rozada (@alexrozada)
El Sporting sí gana de saldo. Finiquitadas todas las opciones de promoción y hecha añicos la paz social entre directiva y aficionados, los jugadores lucen palmito para encontrar el mejor destino posible de cara a la próxima temporada. Es la particular «operación bikini» para muchos futbolistas de este equipo, que han reservado el mes de mayo para disimilar los vicios adquiridos durante una temporada para olvidar. Es el caso de Javier Casquero, el veterano fichaje de invierno del conjunto gijonés, un hombre al que se le acaba contrato el mes que viene y que ya afina su puesta a punto para presumir de tipito en su próximo equipo, sea el Sporting o sea el Matalascañas. Veteranía divino tesoro. A sus 37 años, Casquero es coqueto como el que más. Y exhibe sus míticos casquerazos como principales encantos. En Chapín, dos goles del talaverano y carretera.
No se puede destacar más de la inútil victoria del Sporting ante el colista Xerez. Un equipo desahuciado, matemáticamente descendido a Segunda División B, que aguarda la liquidación de Javier Tebas para consumar su gran fracaso deportivo. Y todo ello en medio de una gran crispación que vivió su capítulo más macabro esta semana con la lamentable aparición de varias cruces blancas en su campo de entrenamiento. Un clima morturio rodea a un cuadro que ejemplifica a la perfección las consecuencias de la burbuja del fútbol. Ante este panorama, para no contagiarse de ese ambiente fúnebre, que ya bastante tienen ellos con lo suyo, el Sporting se presentó en Jerez dispuesto a solventar la papeleta por la vía rápida. Y para eso se aprovechó de la veteranía de un viejo zorro de este deporte, Casquero. El talaverano ya encarriló el partido a la media hora de partido y lo sentenció en el ecuador del segundo tiempo. Sin más alardes.
No está el Sporting para faenas extraordinarias. A estas alturas del campeonato, al equipo no se le puede exigir más que profesionalidad y que se conceda minutos a los hombres de la cantera. Caso de Juan Muñiz, que disfrutó de su segunda titularidad consecutiva. Lo mismo ocurre con Miguel Ángel Guerrero y Borja López. En plena fase de liquidación, la presencia de canteranos en el once es uno de los pocos alicientes a los que se aferra el sportinguismo. La renovación ya está en marcha y, Sandoval mediante, la apuesta por Mareo debe ser una realidad y no quedarse en papel mojado. La cosa no está para bromas en Gijón.