El conjunto vitoriano se impone en Mendizorroza por 3-1. Una muy mala primera parte del Celta condena a los gallegos a otra derrota.
Cuando algo va mal a veces parece que todo puede ir en un mismo sentido. Después del duro palo recibido la semana pasada al caer en las semifinales de la UEFA Europa League ante el Manchester United, el Celta parece no haberse recuperado. Los objetivos están ya puestos en la próxima campaña y en intentar repetir la buena dinámica del principio de temporada.
El bache de Old Trafford cuesta asimilarlo y en la mente de los jugadores celestes está todavía muy presente. Y eso se notó hoy en Vitoria.
El Alavés se está tomando esta parte final de la temporada como una preparación para el gran partido que jugará ante el F.C Barcelona en la final de la Copa del Rey. Y los vitorianos quieren llegar con la máxima intensidad e ilusión, que junto a una buena dinámica de resultados, les permita pensar en levantar el trofeo. Pellegrino no escatimó en esfuerzos y apostó por su clásica alineación, con algunas variantes como la entrada de Katai. Apuesta por la motivación de sus hombres antes que por el descanso que puedan necesitar.
En cambio el Celta de Eduardo Berizzo, sancionado hoy, apostó por darle minutos a los menos habituales, como viene siendo costumbre en los últimos encuentros. El debut en la portería del canterano Iván Villar fue la única nota positiva del partido para el conjunto vigués.
El partido comenzaba con el intento del Celta por llevar la posesión del partido, pero una posesión sin riesgo para el conjunto blanquiazul y con mucho riesgo para el Celta. Pese a apostar por un medio del campo de toque (Jozabed, Wass y Marcelo Díaz) el Celta no encontró en ningún momento una posesión segura que le otorgara peligro de cara a la portería de Pacheco. Las pérdidas eran constantes y hasta los controles eran defectuosos.
De este modo llegó el primer gol del partido para el Alavés. Iván Villar se la cede a Marcelo Díaz que controla mal el balón y este tropiezo genera el robo de Manu García. El jugador del alavés roba y sale rápido quedándose solo delante del portero canterano del equipo vigués. La finalización fue exquisita y con una sutil vaselina puso el 1-0 en el marcador. Era el minuto 5 de partido y el Celta volvía a sufrir en un campo que este año le trae muy malos recuerdos.
Theo Hernández: potencia en el robo y en la salida
El control de los partidos no se basa en posesiones continuas que no generan peligro y esto lo aplica muy bien el conjunto vasco. Sabe que no puede apostar por posesiones largas pero sí por transiciones ofensivas tras robos de balón, por el gran potencial físico de hombres como Theo Hernández. El lateral francés demostró otra vez su valía con un gran despliegue físico y una velocidad casi imparable. Roncaglia intentaba pararlo pero era casi un imposible.
El Celta no ofrecía ningún peligro de cara a la portería del meta local. Algunas ocasiones como la buena chilena de Beauvue en el minuto 13, que casi sorprende a Pacheco eran las oportunidades contadas del conjunto celeste.
Cuatro minutos más tarde llegaba un gol que evidenciaba el estado de ánimo de los jugadores del Celta sobre el campo. Córner a favor del conjunto vitoriano que cabeceaba solo sin marca Feddal. El central se imponía, casi sin oposición, a la defensa visitante y remataba al fondo de la portería. Era el 2-0 y la defensa celeste no estaba centrada en la jugada. Quizá con la mente todavía puesta en Old Trafford y con los pies sobre el terreno de juego blanquiazul, la primera parte del Celta fue una pesadilla.
La presión del Alavés ahogaba continuamente los intentos de salida de balón de los centrales vigueses que no veían apoyos y los riesgos que corrían provocaban continuas ocasiones del bando local. Pese a no estar todos los titulares sobre el campo, el Alavés encontró en sus hombres de banquillo la intensidad que merece un partido de primera división. Sobrino, Katai o Toquero eran los hombres encargados de presionar la primera línea celeste e impedir la construcción del juego.
Las ocasiones eran constantes y comenzaba el festival de Theo Hernández. Si sus cabalgadas pueden parecer a veces groseras para las defensas rivales, sus disparos no son menos. En el minuto 26, una falta botada desde el lateral por el defensa cedido por el Atlético de Madrid, a punto estuvo de sorprender a Iván Villar que con una gran mano sacó el disparo que se dirigía a la escuadra.
Lo intentaban una y otra vez los locales hasta que llegó el minuto 36. Carrera desde la derecha de Vigaray que centra raso al punto de penalti para que Deyverson se adelante a la defensa céltica y consiga transformar el 3-0 en el marcador. Eran minutos de asedio blanquiazul que podían haberse convertido en un mayor resultado si dos minutos más tarde el pequeño de los Hernández hubiese contactado bien con el balón en un disparo raso.
Llegaba entonces el descanso, la mejor noticia para un Celta que no había aparecido por Mendizorroza y del que solo se podría salvar a Pione Sisto. El danés intentaba crear peligro y conectar con la parte ofensiva pero era un imposible. El Alavés supo dominar el encuentro sin posesión y con inteligencia en el repliegue y en las salidas.
Aspas cambió la cara de los vigueses
Comenzaba la segunda parte con la entrada de Iago Aspas. El de Moaña entraba por un desaparecido Bongonda, que no encuentra su sitio en el Celta. Y fue entrar Aspas y cambiar el carácter de los vigueses. La parte ofensiva pareció despertar tras la entrada del delantero y la sustitución del ‘Tucu’ Hernández por Marcelo Díaz.
En el minuto 52 avisaba el delantero gallego con un disparo dentro del área que consiguió desviar el guardameta del conjunto vasco. Achicó bien el portero ante la llegada del internacional celeste.
Sin embargo, el Alavés seguía creando peligro a las contras y Theo Hernández volvía loco a su par una y otra vez. Roncaglia intentaba seguirlo pero era inútil.
Pese a esa mejora en la parte de arriba del equipo vigués, el Alavés hacía mucho daño cada vez que pisaba campo visitante. Una defensa muy endeble y que generaba constantes dudas, permitió a los de Pellegrino llevar sin ningún problema el ritmo del partido.
Volvía a intentarlo Aspas que en el minuto 64 realizaba un buen disparo desde fuera del área que desviado por un defensa se marchaba fuera. Y diez minutos más tarde, el delantero gallego hacía el 3-1 que servía para maquillar el marcador y premiar así la insistencia del jugador moañés.
Beauvue con un tiro que golpeaba en el palo realizó la última intentona del equipo visitante hoy en Mendizorroza, que en ningún momento se metió en el partido ni consiguió tener opciones de remontada.
El Alavés consigue otros tres puntos y sobre todo, una gran confianza de cara al partido que le enfrentará al Barça. Los de Pellegrino centran todos sus objetivos en esa final, con ganas de dar la sorpresa y sorprender a un equipo, en teoría, superior.
Por otro lado, al Celta se le está haciendo muy largo el campeonato liguero. Apostando desde hace ya tiempo por incluír a los menos habituales en los ‘onces’ titulares, los de Berizzo llevan una muy mala racha de resultados. La derrota en el campo del Manchester United y la imposibilidad de llegar a disputar la final de la Europa League ha sido un golpe muy duro y que costará afrontar.
La temporada llega a su fin y es casi la mejor noticia para hacer borrón y cuenta nueva después de una temporada histórica para los celtistas y para los vitorianos, que tendrán la posibilidad de escribir un gran final en una temporada también con tintes gloriosos.
Puntos positivos: La intensidad vitoriana.
Juegue quién juegue, titulares y suplentes aportan ilusión, ganas e intensidad. Tanto en el aspecto ofensivo como en el defensivo, el conjunto de Pellegrino es competente en todas sus líneas. Además, los jugadores que han llegado cedidos aportaron frescura y calidad como el caso de Theo Hernández.
Puntos negativos: la desconexión celeste.
El Celta no estaba hoy en Mendizorroza y eso se notó desde el minuto ‘cero’ de partido. Continuos errores en controles básicos o la fatiga que se podía observar en las carreras de los jugadores célticos, hacía presagiar la pesadilla que más tarde se vivió.
Alberto Graña(@sirbeerto)
FICHA TÉCNICA:
Alavés: Fernando Pacheco; Vigaray, Alexis, Zou Feddal, Theo; Dani Torres, Manu (Marcos Llorente, min.73); Toquero (Edgar, min.65), Rubén Sobrino, Katai (Óscar Romero, min.69); y Deyverson.
Celta: Iván Villar; Roncaglia (Jonny, min.60), Sergi Gómez, Fontás, Planas; Was, Chelo Díaz (Tucu Hernández, min.44), Jozabed; T. Bongonda (Iago Aspas, min.46), Beauvue y Pione Sisto.
Goles: 1-0, m.5: Manu; 2-0, m.17: Zou Feddal; 3-0, min.36 Deyverson; 3-1, min.77: Iago Aspas, de penalti.
Árbitro: Munuera Montero (Andaluz).
Incidencias: Partido de la trigésima séptima jornada disputado en Mendizorroza ante 17.624 espectadores, según datos del club.