El Athletic de Bilbao venció por 0-2 en el Molinón ante un Sporting de Gijón que salvo una ocasión de Sanabria no se acercó a la portería de Iraizoz. Beñat de falta y De Marcos con un disparo seco marcaron los únicos goles del partido.
Abelardo había reclamado a la afición que hiciera del estadio la bombonera. Tras sus declaraciones críticas con los árbitros quedaba por ver cómo influiría esto en el encuentro. Sin embargo, pese a la arenga del Pitu fue el Athletic quien desde el primer minuto se hizo con el partido ante un rival que entró al césped quizá sobreexcitado. Raúl García fue el primero en poner en alerta al meta local con un disparo seco desde lejos que Cuellar acertó a despejar. Poco a poco las fuerzas se fueron equiparando, la efervescencia bilbaína se vio frenada por un Sporting que buscó la velocidad y los espacios en ataque. Esto les llevó a caer en fuera de juego en varias ocasiones. En el minuto 27, Beñat colgó una falta lateral de esas que son muy difíciles para el portero. Colocó el balón al palo largo de manera que si alguno de sus compañeros lo tocaba, este besaría la red, y si, por el contrario, nadie conseguía alcanzarlo, la multitud impediría ver al portero la trayectoria. Esto último fue lo que pasó. No agachó la cabeza el conjunto de Abelardo, que impulsado por su fiel hinchada, pese a la lluvia, vio como Sanabria se plantó solo ante Iraizoz, pero el paraguayo no acertó a darle con la rosca suficiente para superar al navarro. Ocasión desperdiciada. Con la ventaja en el marcador, Aduriz tuvo dos ocasiones para aumentar la renta. La primera un choque dudoso con Vranjes no permitió al donostiarra rematar con claridad, y la segunda el disparo se marchó desviado por poco.
La segunda mitad comenzó con un mejor Sporting. El paso por vestuario vino bien a los jóvenes jugadores que se hicieron con la manija del partido, comandados por un Halilovic que, si bien en el primer acto pasó desapercibido, acaparó la mayor parte del juego de su equipo. Pero en el mejor momento de los locales, llegó el jarro de agua fría. Una incorporación de De Marcos en carrera terminó con un chut potente ante el que el Pichu Cuellar nada pudo hacer. El tanto sirvió a los rojiblancos, ayer de gris y negro, para hacerse de nuevo con la posesión. Y cuando parecía que los vascos no sufrirían para ganar, el colegiado expulsó a Laporte por una falta que realmente no existió. Animaba la mareona pero no hubo reacción. Pese a la superioridad numérica los gijonenses no consiguieron llevar peligro al área rival.
Nueva derrota para los de Abelardo, que no pueden escudarse esta vez en el colegiado y deben mirar a la crisis de su juego si no quieren hundirse en la tabla. En una situación opuesta se encuentra el Athletic, que ve esta jornada como todos los resultados (a la espera de lo que ocurra entre Valencia y Atlético) le favorecen y escala puestos en la clasificación.