Tal vez los dos mejores entrenadores del momento se han enfrentado en el Calderón esta noche, esos son unas semifinales de Champions League, Guardiola con el objetivo de quitarse el mal sabor de boca de las dos anteriores semifinales que disputó con el Bayern casualmente ante otros dos equipos españoles y el Cholo con la ambición de llegar a otra final donde lamerse las heridas de Lisboa.
El Atlético comenzó el encuentro igual que contra el Barcelona, presionando arriba y el Bayern sufrió mucho, perdía el balón con facilidad fruto de la dicha presión de los jugadores colchoneros, que tras robar encaraban la portería de Neuer, los de Pep tenían dificultades para sacar el balón desde atrás y solo conseguían evitar la presión atlética con balones largos buscando a Lewandowski. Fue tras uno de dichos robos en campo alemán cuando Saúl agarró el balón y tras realizar una jugada que podría haber perfectamente Messi o Maradona, cruzo el balón al palo largo de Neuer para poner el 1-0. A partir de ese momento los locales apaciguaron la agresiva presión para resguardarse unos metros más atrás, ahí fue cuando el Bayern comenzó a tener las primeras posesiones largas, pero sin ninguna profundidad, el centro del campo estaba perfectamente controlado por el Atlético y los jugadores exteriores marcados con un gran sistema de ayudas al lateral, así se llegó al descanso con la sensación de que el partido había sido lo que Simeone quería que fuera.
La segunda mitad comenzó de manera muy distinta, el Bayern comenzó a encontrar algo de profundidad y las primeras sensaciones de que podía crearle peligro al Atlético de Madrid, Alaba (a quien el Atleti flotó cuando tenía el balón durante todo el partido mientras se mantuvo en la posición de central) disparó de manera excepcional al larguero y Coman y Douglas comenzaban a desequilibrar por sus respectivas bandas, por otro lado Thiago muy incomodo en la primera mitad comenzaba a sentirse más cómodo en el campo y Lewandowski comenzaba a tener más contacto con el balón, eso si, lejano a portería, fueron los mejores minutos de los de Pep, daban sensación de peligro y el Atlético comenzaba a sufrir, pero si hay algo por lo que se caracterizan los de Simeone es de saber sufrir, Augusto se marcó un verdadero partidazo, en todo momento atento y una vez robaba siempre distribuía el balón de manera correcta. El Atleti volvió a demostrar una capacidad física tremenda, acabó el partido muy entero como ya a ocurrido en prácticamente todos los partidos de alta exigencia en las ultimas semanas.
Y es que el partido no decepcionó, tal vez se podría resumir en una parte para cada uno pero en lo que no hay ninguna duda es que solo pitar el arbitro el final todos estábamos deseando que llegue el martes para seguir disfrutando de esta eliminatoria en la que hoy el Atleti a dado un paso más hacia Milán.