Victoria del Atlético de Madrid por 1-0 frente al Leicester en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones en el Vicente Calderón en un partido en el que pese a la victoria y al buen resultado se antoja pensar que podría ser corto para el partido de vuelta tras el buen juego practicado pero que no fue suficiente para perforar la meta de Schmeichel, tan solo desde el punto de penalti por Griezmann.
Desde los primeros minutos de juego se vieron las intenciones de ambos equipos a lo largo del partido. El Atlético proponiendo juego en campo rival ante un Leicester bien agazapado atrás para conseguir algo al contragolpe. El problema para los foxes fue que durante todo el primer tiempo solo dispusieron de uno, a los dos minutos de partido. Volea orientada de Okazaki para Vardy que muy escorado a la izquierda solo pudo sacar un centro-chut que se pasearía por delante de la meta de Oblak. La respuesta rojiblanca no se hizo esperar y Koke lanzó el primer aviso para Schmeichel al larguero tras un fuerte disparo desde la frontal. A partir de ahí unos quince o veinte minutos de acoso y derribo por parte del Atlético que trató de llegar por medio de diversas formas al fondo de la portería visitante.
Insistentes Koke y Carrasco tanto abriendo el juego como percutiendo e incomodando a la defensa de las Midlands que tardó en sacudirse el dominio, pero cuando lo consiguió, pasado el primer cuarto del partido tuvo durante breves minutos presencia en campo colchonero, pero en un balón colgado al área probaron de su propia medicina. Contragolpe endiablado de Griezmann por banda izquierda, se planta en el área y Albrighton derriba al delantero francés sobre la línea del área. El colegiado sueco Eriksson señaló penalti, y Griezmann, desde los once metros no dudó y con un buen disparo a media altura, fuerte y bien colocado a su derecha, conseguía adelantar al Atlético en la eliminatoria a la media hora de juego. A raíz del gol, el dominio local se volvió a hacer latente, Ndidi pudo haber un cometido un penal sobre Saúl que no señaló Eriksson, y más tarde Koke pudo haber ampliado diferencias antes del descanso con otro buen disparo desde la frontal, que esta vez se marchó fuera.
Cambio defensivo de Shakespeare al comienzo de la segunda mitad, dando entrada al centrocampista Andy King por el japonés Okazaki. El preparador inglés parecía buscar algo más de consistencia en el medio, tal vez intentando evitar un segundo gol que no consiguió el Atlético no porque el Leicester le robara la pelota o le privara de ocasiones sino más bien por un desatino de los delanteros rojiblancos en los metros finales. Robert Huth que estaba apercibido vio amarilla a la hora de partido por lo que el defensa alemán se perderá el partido de vuelta. Simeone en el minuto 65 retiró a Carrasco para dar paso a un Correa que tuvo una gran influencia en el juego de ataque del Atlético, tanto atrayendo defensas como por medio de jugadas individuales el peligro que llevaba el atacante argentino era claro. En su mejor jugada se fue de dos jugadores foxes dentro del área y puso un peligroso centro raso al que no llegaron a rematar ni Griezmann ni Koke.
El Atlético pese a tener el dominio territorial y jugar durante gran parte del segundo tiempo en campo contrario se encontró con un gran muro defensivo al que era difícil penetrar, nueve jugadores en la frontal del área fox, incluso, dentro en algunas ocasiones lo que complicaba en gran medida el hacer daño a un gran Leicester defensivamente pero nulo en ataque. Ni un solo disparo a puerta recibió el meta Oblak que aunque seguro que estuvo en tensión durante todo el encuentro, fue más plácido de lo que se pudo haber pensado antes del inicio del partido.
El partido se disputará el próximo martes 18 de abril en el King Power Stadium donde el Atlético de Madrid tratará de conseguir lo que no pudo hacer el Sevilla en la pasada ronda, hacer buena la victoria en el partido de ida para conseguir pasar a semifinales. De momento el Atlético encara el partido de vuelta con una gran diferencia, han sabido batir a Schmeichel desde los once metros, algo que el cuadro de Sampaoli no supo hacer pese a tener ocasión en ambos partidos.