Tras la mala racha de resultados que llevaba encadenando el Barcelona durante sus últimos encuentros, le tocaba recibir en casa al Villareal, un equipo que, a pesar de llevar años sin ganar en el Camp Nou, es siempre un rival complicado.
El Barça pareció espantar todos los fantasmas de las anteriores jornadas con un gol tempranero de Griezmann gracias al servicio al primer palo de Messi en el primer córner del partido.
Sobre el césped parecía que no pasaba nada, ninguno de los dos equipos lograba imponerse al rival en cuanto a ocasiones o posesión se refiere, pero gracias a un zapatazo de Arthur desde fuera del área en el minuto 14, los azulgranas conseguían ampliar la ventaja.
Con una ventaja de dos goles cuando apenas se había cumplido el cuarto de hora el encuentro parecía encarrilado para los intereses de los hombres de Valverde, pero en un lejano e inesperado ‘chut’ de Santi Cazorla poco antes del descanso, el Villareal consiguió reducir distancias.
En la segunda parte todo cambió, el partido se convirtió en un ‘ida y vuelta’ de ocasiones y una clara muestra de ello fue cuando, tras la maravillosa jugada del recién entrado Dembelé (sustituyó a Messi que salió tocado) que Griezmann acabó desperdiciando con un fallo clarísimo; el Villareal consiguió armar la contra y estuvo cerca de poner la igualada en el marcador.
El ‘Submarino Amarillo’ comenzó a avanzar metros con el balón en su dominio, estaban acercándose a la portería de Ter Stegen cada vez con más peligro. Todo cambió con la salida de Luis Suárez tras un mal partido del uruguayo para dar entrada a la jóven esperanza del club catalán: Ansu Fati.
La nueva perla azulgrana revolucionó el partido otra vez, darle el balón es poner una marcha más en el partido. Es un auténtico torbellino en la banda: dribla, corre, la pide, se desmarca… Volvió a dejar detalles de calidad y estuvo cerca de marcar un gol que hubiese hecho llevarse las manos a la cabeza a toda su afición.
El partido terminó muriendo en los pies del Barcelona gracias a una larga posesión, los ‘culés’ ganan, cogen fuerzas, pero no consiguen desplegar el buen fútbol que se espera del equipo.