Todo listo, los actores preparados, todos vestidos de gala para la ocasión, pasillo de honor incluido a los campeones del Mundial de Clubs y en el último partido del año para el Barcelona y el Betis firmaron los primeros 45 minutos más extraños vistos en lo que se lleva de temporada. Y no lo fue porque Iniesta, Piqué o Alba descansasen y no dispusieran ni de un minuto, tampoco lo fue por el resultado final del encuentro en el cual el equipo de Luis Enrique se convirtió en equipo más goleador de la Liga en un año natural, batiendo el récord del Madrid de Ancelotti, y dejándolo en 180 goles anotados en un año natural. El duelo fue un drama firmado por el mismísimo Clint Eastwood.
Sin sospecharlo, el Betis sería el protagonista elegido para el giro de guion inesperado por el espectador. Media hora de partido se llevaba, los andaluces sin apenas crear peligro tampoco lo sufrían. Todo estaba preparado y nadie lo sabía, la lesión del central Bruno González era un presagio insuficiente. La muerte acechaba y no eran conscientes de ello. Un balón cruzó el área bética hacia un Messi dispuesto a celebrar su partido número 500 con gol. Adán lo vio claro y salió de puños, en la acción un choque fortuito con el argentino, piden la camilla y de repente comienza la trama. Los verdiblancos protestan, la duda sobre el estado físico del mejor jugador del mundo siembra la duda en el Camp Nou, el árbitro corre en dirección a los jugadores con una mano indicando el punto fatídico. Pero nada más lejos de la realidad, solo era el comienzo.
Con Messi fuera del rectángulo de juego, Neymar fue el indicado para lanzar desde los once metros. Resbalón, golpeo con ambas piernas sin querer sin casi percibirse y al larguero. De nuevo algo inesperado. Westermann llega al rechace y en lugar de despejarlo introduce el balón en su propia portería, para hacer crecer el drama y recibe un golpe de Rakitic que le impide continuar el encuentro. Cada segundo se recibía como tensión como Maggie Fitzgerald recibía los golpes en Million Dólar Baby. Nuevo central lesionado, segundo cambio en media hora escasa. El estadio parecía un funeral, nadie sonreía a pesar de la victoria. Hasta los mismos fieles blaugranas se posicionaron con los andaluces cantando contra el colegiado más tarde, cuando fueron conscientes de la situación. Y ahí aparecieron los soldados para comenzar la sangría.
Maravilla de Neymar y Messi para que el argentino hiciese el 2-0. Recuperación de Busquets a diez metros del área rival, debida a la magnífica presión, y asistencia para que Luis Suárez marcase el 3-0. El uruguayo hizo el cuarto, su decimoquinto en Liga, asistencia de nuevo de Neymar. Y fin de año líder para los blaugranas, a todo esto Pepe Mel también fue expulsado y vio el partido desde la grada.