Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
Ya ni con los dedos de una mano podemos contar las goles del Bayern. No hay palabras para describir el espectáculo que vimos el pasado sábado en el Allianz Arena.
Era el decimonoveno duelo entre el equipo muniqués y el Werden Bremen. Y aunque dar la sorpresa era lo que querían los visitantes; no hubo nada que hacer ante los de Heynckes.
El Bayern, que llegó de Londres con una inyección extra de fuerza, quiso demostrar por qué es el líder indiscutible de la Bundesliga. Las rotaciones fueron las protagonistas de la alineación local. Vimos en el lateral izquierdo a Diego Contento en el lugar de David Alaba, a Boateng, como central, por Van Buyten. En el centro del campo Luiz Gustavo, Schaqir y Robben ocuparon las posiciones de Schweinsteiger y Kroos. Al ataque cambió a un Mario por otro. Gomez por Mandzukic. Por supuesto, Javi Martínez, ex del Atletic, entró en el Allianz Arena muy ilusionado y dispuesto a mostrar su mejor juego. Muchos pensarían que estos cambios beneficiarían al Werder Bremen pero, de eso, nada. Estos jugadores, habitualmente suplementes, debían demostrar por qué quieren la titularidad y el mejor momento para hacerlo era en un partido de máxima rivalidad.
Robben hizo el primero a los veinticinco minutos. El holandés quería reivindicar su puesto y gracias a la buena conexión que tiene con Lahm consiguió batir al portero. Seguro que se encuentra algo más contento que la pasada semana.
De cabeza y a los cuatro minutos del primero, llegó el segundo. Javi Martínez culminó una falta lanzada por Robben desde la banda derecha.
Con dos goles en contra, el partido pintaba mal para los de Schaaf. Ya se sabe que la Ley de Murphy dice que si algo puede salir mal, saldrá mal. Eso es, precisamente, lo que ocurrió. En el cuarenta y cuatro, el Bremen se quedó con diez. Prödl fue expulsado por una falta que cometió sobre Gomez cuando éste iba a entrar en el área y tenía vía libre a la portería. Y en el minuto cuarenta y nueve, como Murphy no suele fallar, Selassie marcaba un gol en propia puerta. Ya eran tres para el Bayern.
Los bávaros muy eufóricos a estas alturas de partido esperaban más. Obviamente, con superioridad numérica en el terreno de juego llegó el cuarto. Mario Gomez fue su autor.
El Werden Bremen ya estaba k.o pero, al menos, necesitaban el “gol del orgullo”. Menos mal que De Bruyne lo consiguió en el cincuenta y ocho.
Quedaban todavía muchos minutos y los locales querían más. Y “el que la sigue la consigue”, Ribèry hizo el quinto y a falta de un minuto para que se cumplieran los noventa, Gomez marcó el sexto.
Ante este resultado, es normal que Thomas Schaff reconozca que querían oponer resistencia, pero “no hemos sido capaces y nos hemos llevado una derrota”. En cambio, Jupp Heynckes asegura: “Queremos seguir manteniendo este ritmo, seguir por nuestro camino y no dejar que nada nos influya negativamente. Nuestra premisa es jugar aún mejor y con mejores resultados”. ¿Con mejores resultados? Sólo con oír esa pregunta, es normal, que a más de uno se le pongan los pelo de punta. Sus cifras son impresionantes. Con sesenta puntos lideran la Bundesliga, a diecisiete está el segundo, y tienen, solamente, ocho goles en contra. ¡Estos bávaros son muy bárbaros!
Esta semana se juegan los cuartos de final la Copa alemana. El Bayern de Múnich se medirá el miércoles al Borussia de Dortmund. En la temporada pasada, los de Klopp hicieron doblete ganando el título de la Bundesliga y la Copa de Alemania. En esta competición derrotaron al Bayern con un contundente 5-2. Este año los papeles se han cambiado… El equipo muniqués está en su mejor momento y los de Dortmund querrán defender su título.