Las urgencias del Manchester City pesaron más que la calidad del tridente del Barcelona para que Guardiola se estrenase, por fin, frente a un equipo español. Y eso que el Barça salió a dominar en el Etihad Stadium. El City salió a morder con menos intensidad que en el Camp Nou en busca de alargar la resistencia del conjunto a lo largo de los noventa minutos. Pagó, no obstante, la falta de ímpetu, ya que el Barcelona salía de la trampa con facilidad y combinaba con tranquilidad en campo rival.
Como es costumbre, sin saber ya si es para bien o para mal, todo el peligro culé llegaba cuando el balón pasaba por los pies de Messi. En ausencia de Iniesta el juego combinativo del Barça escasea y las triangulaciones por dentro desaparecen, entregándose más aún al tridente. Rakitic anda despistado y André Gomes peca de ansiedad en cada pelota que juega, forzando en exceso, perdiendo demasiados balones. Casi sin ocasiones claras por ambos bandos, el City empezó a encontrar un filón en la izquierda con el emparejamiento entre Digné y Sterling. A pesar del dominio del Barcelona, el gol llegó en una contra a la salida de un balón parado del Manchester City. Son los nuevos tiempos en Can Barça, donde la posesión es importante pero el vértigo está cobrando un protagonismo indispensable con la configuración actual de la plantilla. Era el minuto veinte y un rechace de la zaga azulgrana cayó en los pies de Messi. El diez alargó a Neymar y se montó un contragolpe de cuatro contra cuatro que terminó en el área de Caballero en los pies de Messi para batir a su compatriota.
Tras el gol el City quedó K.O. El Barcelona dominaba a placer y los centrales azules perdían balones en la salida que solo un espeso Suárez impidió que se ampliara la diferencia en el marcador. El planteamiento de Luís Enrique, por nulo, tiene el defecto de entregarse a la tripleta de ataque y no bajar el ritmo de los partidos cuando se pone por delante en el marcador. Eso tiene sus ventajas y en el noventa por ciento de los encuentros sale bien, pero el resto te la hacen pagar.
Punto de inflexión
Sin cambiar de idea, fiel como de costumbre a su estilo, el City siguió presionando a la defensa del Barça en la salida de balón. En una de esas, cuando peor pintaban las cosas para el equipo de Guardiola perdió un balón Sergi Roberto y en un santiamén Gundogan empujaba la asistencia de Sterling a gol. Era el empate, antes del descanso, pero a partir de ese momento algo cambió en el choque.
Ni siquiera el intermedio sirvió para que el Barcelona se aclarase. La segunda parte fue un repaso del Manchester City al Barcelona, con arreón inicial y varias ocasiones clamorosas falladas -imperdonables- que hubieran supuesto la devolución de la goleada de hace dos semanas. El Barça se convirtió en una máquina de perder balones y Messi ni la olía. Guardiola sabe que la mejor manera de marcar al argentino no es ponerle dos tíos encima, es quitarle la posesión. Así se fue partiendo y perdiendo el Barcelona en un encuentro que se le puso cuesta arriba con el gol de Kevin de Bruyne de falta directa al borde del área y se convirtió en un Angliru con el segundo gol de Gundogan en el minuto setenta y cuatro.
Así las cosas, el Barcelona pudo empatar minutos antes del tercer gol del City con una pérdida de balón de la zaga azul y un disparo al larguero de André Gomes cuando Caballero ya estaba batido. Si no cayeron más goles de un lado o del otro fue por la falta de acierto, aunque el resultado hace justicia a lo visto en el terreno de juego. El City tenía un match ball que salvó con solvencia y el equipo de Luís Enrique tiene deberes que hacer con vistas al partido del fin de semana en Sevilla.
Ficha técnica:
Manchester City: Caballero; Zabaleta, Otamendi, Stones, Kolarov; Fernandinho, Gundogan, Siva; De Bruyne (Nolito, ’89), Agüero y Sterling (Navas, ’71)
Barcelona: Ter Stegen; Sergi Roberto, Mascherano, Umtiti, Digne; Busquets, Rakitic (Arda, ’61), André Gomes (Rafinha, ’76); Messi, Suárez y Neymar
Goles: 0-1 (Messi, ’21). 1-1 (Gundogan, ’39). 2-1 (De Bruyne, ’51). 3-1 (Gundogan, ’74).
Árbitro: Kassai. Amonestó a Sterling, Rakitic, Neymar, Kolarov.