Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
Todo Submarino que se precie tiene un capitán. El del Submarino Amarillo se llama Marcelino García Toral. No sólo dirige a su plantilla sino que como buen capitán controla bien las mareas sean del color que sean. Dijo el viernes: “Los partidos en el Madrigal está claro, y no hay ninguna duda, que serán vitales. Si me preguntan que me gustaría para estos partidos, diría que es tener a veinticinco mil aficionados en la grada. Si fuera así, tendríamos la mayoría ganados.” Todo aquel que quiera sumergirse a las órdenes de Marcelino ya sabe lo que tiene que hacer.
Con un sol radiante comenzaba un encuentro en el que había mucho en juego. El ascenso y el descenso se veían las caras. Durante noventa minutos pueden ocurrir muchas cosas y en el Madrigal ha pasado de todo. Tras el pitido inicial del colegiado, el Villarreal ha comenzado con una energía arrollada. Quería llevarse por delante al Racing de Santander, y brindar a su afición una victoria más y la oportunidad de seguir soñando. De hecho, en el primer minuto, Uche ha tenido la primera del partido pero sin premio. Han seguido presionando los amarillos pero no lograban conseguir el gol. Los minutos iban pasando y los nervios se iban alterando…Hasta que se ha desatado en la polémica cuando el meta de los cántabros ha cogido el balón claramente fuera del área, es más, esos nervios han llegado a su momento cumbre un minuto más tarde. Cuando han anulado un gol muy legal al Villarreal. No había fuera de juego, así que, o el línea tiene cierta miopía que se debe mirar o Melero López ha cambiado su camisa negra por una roja del Racing…No está claro.
Entre pitidos, gritos y abucheos normales por la injusticia cometida se ha llegado al descanso. El empate a cero no convencía a nadie. El Villarreal se merecía más. Quedaban cuarenta y cinco minutos para pensar que los tres puntos eran posibles.
Que mejor manera de comenzar la segunda mitad que con un gol. En el cuarenta y seis, Moi Gómez ha sabido aprovecharse del resbalón de Uche para desatar la alegría entre los aficionados amarillos. Es verdad que todavía quedaba mucho partido, sólo le faltaba al Villarreal sentenciar. El Racing debía mejorar mucho. Necesitaba con urgencia ir a por todas.
Ir a por todas pero cumpliendo el reglamento porque en el cuarenta y nueve, Koné ha anotado un gol, que está vez sí ha sido anulado correctamente por fuera de juego. El cronómetro corría y no había ninguna novedad…Hasta que el noventa y cuatro cuando quedaban segundos para finalizar, el Racing ha tenido su ocasión más clara y ha perdonado.
Con un susto importante ha terminado el encuentro para el Villarreal, pero suma tres puntos que sitúan al conjunto castellonense a dos del ascenso directo. Todo es posible y entre todos se puede conseguir. Hay que mantener viva la ilusión porque cada día el Villarreal está más cerca de hacer su sueño realidad.