En Irlanda, pueden entonar más orgullosos que nunca el cántico “There is only one…” en este caso Conor McGregor. Este guerrero pelirrojo, con un look desenfadado, y un rostro que entremezcla al líder vikingo Ragnar Lodbrock y el último mohicano, tiene como locos a toda una nación. Su impacto mediático supera con creces al de la selección irlandesa de Rugby, ganadora de los dos últimos 6 Naciones, y con figuras tan popularizadas como su capitán Paul O’Connell.
Pero Conor “The Notorious” McGregor es mucho más que todo esto. Representa el progreso de la clase humilde del pueblo irlandés. Representa la constancia, el trabajo, la confianza, el talento, él amor por su profesión. Desde aquel video en 2008, con esa joven cara con restos de acné y virgen por afeitar, hasta llegar al estilo atractivo y ostentoso que luce hoy en día con su vestimenta llamativa y lujosa.
Líder indiscutible del show business, y amante del dinero, este pasado 12 de Diciembre tenía ante sí, el mayor reto de su carrera, el brasileño y campeón del mundo del peso pluma, José “Scarface” Aldo. Un púgil, al igual que McGregor, de orígenes humildes, pero sin tanto afán de protagonismo sobretodo fuera del octágono. La pelea ya estuvo prevista como muchos sabrán, para el 11 de Julio de 2015, pero Aldo se lesionó una costilla durante una sesión de sparring apenas 2 semanas antes de que se celebrase el combate.
Ello condujo a que se disputase el campeonato del mundo interino entre McGregor y Chad Mendes. La pelea resultó dura de pelar, y “The Notorious” consiguió rehacerse de un inicio dubitativo, en el que Mendes fue capaz de tirar al irlandés al suelo, conectándole manos y codos en el rostro, causándole un corte importante en la ceja. Pero esa sangre no hizo más que encender a Conor que con una gran combinación de manos que hubiese firmado cualquier boxeador, propició que el árbitro parase la pelea, y coronase a McGregor como campeón interino con José Aldo en el horizonte.
El evento se presentaba como una prueba de 2 caras para McGregor, la del payaso bocazas y gran dominador de las salas de prensa, o la del gran guerrero del pueblo irlandés en estado de crecimiento continuo, y con la posibilidad de llegar a la cima absoluta de la artes marciales mixtas. Una vez Mendes noqueado, empezaba el showtime,y mientras los más apasionados apoyaban incondicionalmente a su héroe, los más sabios y entendidos de este deporte, veían en el brasileño la figura perfecta para poner a la estrella mediática los pies en el suelo.
Pero todas esas ansias se vieron reducidas en tan solo 13 segundos, con el croché de izquierdas más importante de la historia de la UFC en lo que va de siglo XXI. 13 segundos que han servido para inmortalizar al fontanero que un día soñó con ser guerrero y ser admirado por el mundo entero. 13 segundos que han servido para que definitivamente, independientemente de la clase que sean, Irlanda entera quiera ser Conor McGregor.
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