Por Felipe de la Torre (@Tiulavara)
El Racing de Santander sigue sumido en un caos absoluto en el plano institucional y organizativo de las diferentes áreas con las que debe de contar un club de fútbol profesional, mientras ésto parece que sólo le importa a una sufrida afición racinguista, que en los últimos tiempos parece haber caído en la resignación.
Toda la indignación y enfado generado por las tropelías descaradas e incluso públicas de Francisco Pernía y su mamporrero al frente del club Ángel Lavín, esta pasando a convertirse en una resignación dolorosa por parte de una afición que con la razón de su lado, ha visto como ha sido abandonada a su suerte por el Gobierno de Cantabria y toda la clase política de esta tierra, como por un sistema judicial al servicio de intereses nada justos ni loables. Además la LFP o Corelia, empresa cántabra cercana al Gobierno cántabro, también están dando la espalda a la posibilidad de pedir un administrador judicial para el club, lo cual supondría el fin del choriceo absoluto en el que se encuentra la entidad con estos gestores.
Es compresible todo esto que cuento, pero también es cierto que el caer en la resignación que tanto nombro en éste artículo, sólo favorece a quienes están matando al club de nuestros amores, y creo que aún siendo tarde para reaccionar y moverse de manera radical, exigiendo soluciones a aquellos que las tienen, es lo mínimo que se puede hacer si de verdad no queremos asistir pronto al funeral de éste club de 100 años de historia que es todo un símbolo en Cantabria de unidad y fraternidad entre paisanos.
Mientras todo esto ocurre y la afición cae en la desesperanza de no poder tener un futuro digno, el equipo sigue sumando efectivos de dudosa trayectoria y calidad a su plantilla. Los últimos en llegar, Juanpe central procedente de Las Palmas y Ayina delantero francés procedente del Córdoba, con los que Paco Fernández pretende reforzar una plantilla que ha generado muchas dudas en sus dos primeros compromisos, donde sorprendió especialmente en el segundo choque, el planteamiento ultra defensivo que ofreció el técnico asturiano con una defensa de cinco, en el que era el primer partido como local y frente a su gente.
Sea como fuere, el Racing a pesar de todo lo que le rodea y de la mala imagen dada en los dos primeros compromisos ligueros, es un equipo que tiene futbolistas de nivel para la categoría, y por lo tanto no puede perder más tiempo en conjuntar un equipo en el que prácticamente todos son nuevos y apenas se conocen. Éste próximo domingo se enfrenta al Guijuelo a domicilio, donde no puede dejar escapar la opción de sumar su primera victoria de la temporada, ya que todo lo que no sea ganar, influiría aún más a que creciese ese ambiente de resignación en el racinguismo, que al menos yo, considero verdaderamente peligroso estando en la situación que está el club. No valdrán excusas y el Racing tendrá que salir a demostrar su superioridad ante uno de los conjuntos más flojos de éste grupo primero de la 2ª División B.
Tan grave es la situación, que no se calmaría ni con buenos resultados, pues esto hace tiempo que transcendió totalmente de lo meramente deportivo, y por lo tanto es imposible de tapar la desvergüenza con la que están destrozando éste club con unos cuantos partidos ganados. A éste Racing casi que ya sólo le queda su gente, cada vez más deprimida por todo, y su historia, pero también le queda un grupo humano dirigido por Paco Fernández, qué nos gusten más o menos, pueden ayudar a devolver en el terreno de juego, algo de la grandeza que siempre tuvo nuestro querido Racing, a base de ganar partidos y darnos un poco de alegría y esperanza, mientras resistimos a estos canallas a los que nadie para los pies.