Por Carlos Rodríguez (@carlosrsp87)
El partido comenzó con un buen Racing. El Almería iba minando poco a poco la paciencia de su afición, que comenzó a pitar tímidamente cada acción pasiva de su equipo. Entre los racinguistas ya comenzaba a destacar Mariano. Tal era la confianza del delantero que se atrevió hasta a regatear a un rival con una especie de ‘lambretta’ bautizada ´marianinha´ por la afición.
El dominio inicial racinguista se fue difuminando y los almerienses ganaron terreno sobre el césped. Se le veía más descolocado según fueron pasando los minutos, acogió con un suspiro la llegada del descanso.
Paco Fernández debió sacar su pizarra en el descanso para que el equipo reaccionara con la entrada de Koné. La primera ocasión fue de Barbosa para el Almería. Pero el primer gol llegó tras un centro desde la banda de Pedro Orfila. Koné mantuvo la posesión, cedió al asturiano y éste con otro preciso centro sirvió a Mariano, que hasta entonces estaba siendo el mejor y coronó su actuación con un gran cabezazo hasta el fondo de las mallas.
El Almería tenia que reaccionar marcando un gol para como mínimo para forzar la prorroga y no verse eliminado directamente. Pero parecía que la Copa no iba con los andaluces.
Ante esa pasividad, el Racing sentenció tras un saque de banda y se vio la pizarra de Paco. Llegó después de un desmarque de Rubén Durán, que controló con la zurda y ajustició con la diestra, sin que tocara la hierba, mandó la pelota a la escuadra de Ustari para poner el 0-2.
La afición almeriense despidió al conjunto cántabro entre aplausos reconociendo el gran esfuerzo realizado. Fue otra gran noche de copas y ahora que pase el siguiente.