El Sporting de Gijón, con Abelardo al frente de la nave, hace historia al mantenerse invicto durante catorce jornadas

Por la izquierda, de pie, Abelardo, Rachid, Quini (delegado), Sergio, Pablo Pérez, Álex Serrano, José Ramón (utillero), Isma López, Álex Barrera, Juan Muñiz, Jorge Luis (utillero), Alberto, Gerardo Ruiz (preparador físico), Iván Hernández, Juan Cachero (médico), Iñaki Tejada (segundo entrenador), Julio, Isidro (entrenador de porteros), Maribona (masajista), Marco Canal (scouting). Abajo, Bernardo, Carmona, Luis Hernández, Álex Menéndez, Carlos Castro, Jony, Diego Lobelle (masajista), Lora, Nacho Cases, Santi Jara, Mandi, Cuéllar, Hugo Fraile, Dani Ndi y Falo Castro (seguridad).
Ahí están. Son ellos. Así posaron el sábado 22 de noviembre sobre el mismísimo terreno de juego de El Molinón después de empatar (0-0) contra un lobo con piel de recién ascendido, el Llagostera. Fue el peor partido de la temporada, pero consiguió sumar un punto el Sporting y estableció una marca extraordinaria. Invictos durante 14 jornadas, el mejor arranque en los 109 años de historia del Real Sporting de Gijón. Y eso con un bloque francamente joven: la edad media de los 16 futbolistas alineados en lo que va de curso es de solo 25 años. Es el récord de los guajes.
Un mito del fútbol español, Vujadin Boskov, firmó en la Liga 1982-83 una marca que hasta esta campaña parecía inalcanzable. Su Sporting estuvo 13 jornadas sin conocer la derrota. Los guajes de Abelardo igualaron ese histórico registro el sábado 15 de noviembre en un estadio tan regio como Mendizorroza, el campo del Glorioso, tras empatar (0-0) contra el Alavés. Una semana después, los críos del Pitu ya miran por el retrovisor la gesta de Boskov, si bien es cierto que el entrenador yugoslavo lo logró en Primera División, ese sueño irrenunciable. Pero estos neños no se arrugan ante nada ni ante nadie. Hay licencia para soñar.
No nos engañemos. El ascenso todavía está muy lejos. Ni siquiera se puede atisbar desde el Elogio del Horizonte que preside la bahía gijonesa. Aún no hemos pasado el ecuador de la temporada y ningún integrante de la plantilla, empezando por el entrenador, quiere crear falsas expectativas a una afición curtida en mil disgustos. Eso sí, nadie puede negar que el Sporting se está codeando con Chelsea, Bayern Múnich y PSG, los únicos equipos invictos de Primera y Segunda División en las cinco grandes ligas europeas. Entre tanto molino de viento están los quijotes rojiblancos, que son muchos más que los «once jinetes» de la canción que suena en el Templo para celebrar los goles.
La gesta reconcilia a los románticos del fútbol con el sentido más sentimental de este deporte. Sin un solo fichaje, en una situación económica muy delicada, en plena guerra civil entre afición y directiva y con la propiedad del club buscando comprador para el paquete accionarial mayoritario de espaldas a la propuesta de regeneración apadrinada por la asociación «Tu Fe Nunca Decaiga», un proyecto enraizado en Mareo ha vuelto a poner en el mapa a una de las mejores escuelas de fútbol del país. Cuando nadie lo esperaba ha emergido la generación 2.0 de los yogurinos para orgullo del sportinguismo. Y que duren, aunque no parece fácil. Jugadores y empleados están sin cobrar.

Los jugadores del Sporting lucieron camisetas de apoyo a su compañero Álvaro Bustos, lesionado, antes del partido contra el Llagostera
Casi toda la plantilla actual del Sporting pasó antes por el filial y muchos de ellos estuvieron precisamente a las órdenes de Abelardo. Por ejemplo, Álex Menéndez, Sergio Álvarez, Nacho Cases, Jony, Rachid, Pablo Pérez o Carlos Castro. Son solo una muestra del buen trabajo que se lleva a cabo en la factoría sportinguista desde las categorías inferiores. Su juventud, aderezada por un descaro incontrolable, está haciendo mella en la categoría de plata y los rivales se las ven y se las desean para frenarles.
El Sporting se está convirtiendo en el rival a batir en Segunda División. Sus enemigos quieren pasar al recuerdo por ser el primer equipo que derrota y rompe el inmaculado arranque del equipo de moda. Pero no son capaces. Este Sporting no se deja intimidar y ya se ha medido a rivales de gran enjundia como Valladolid. Alavés, Osasuna o Las Palmas (el verdugo en aquella fatídica promoción de cuyo desenlace ningún sportinguista quiere acordarse). Abelardo ha inculcado una capacidad de adaptación, resistencia y contraataque que permite adaptarse a todas las circunstancias del juego. Y los resultados saltan a la vista: cero derrotas.
Ni en casa, ni fuera. Si no gana, empata. Este Sporting puede firmar empates agónicos como el conseguido en el Carlos Belmonte ante el Albacete en la tercera jornada gracias a un cabezazo de Pablo Pérez a lo Sergio Ramos en el descuento, o el que consiguió en El Molinón ante el poderoso Valladolid gracias a un tanto de Guerrero a cinco minutos del final. O victorias tan épicas como la lograda en El Templo ante el Leganés (2-1) o el importante triunfo ante Osasuna (2-0), que permitió superar la serie de nueve partidos invictos de los dos últimos ascensos. Estos guajes saben sufrir, pelear, correr, presionar, marcar goles y evitarlos (solo ha encajado 9, son el equipo menos goleado de la categoría y nadie les ha conseguido meter más de un gol).
Se fue Scepovic, pero se quedó Guerrero. Y si falta el de Bórox por lesión, se confía en un yogurín de Ujo (19 años) llamado Carlos Castro y el chaval responde con 4 goles, a cada cual más importante, que incluso le han valido la convocatoria y el debut con la selección española sub-21. Su olfato de gol se suma a la constancia de Jony, la batuta de Nacho Cases, el equilibrio de Sergio, la clase de Juan Muñiz o la progresión de Álex Menéndez. Pero sus cualidades lucen más y mejor gracias al poso de Cuéllar (decisivo contra el Llagostera con una mano providencial en la recta final del partido), la solidez de Luis Hernández y Bernardo en el centro de la defensa, la potencia de Lora y la entrega irreprochable de Carmona. A pesar de las bajas, Abelardo ha formado un bloque de garantías capaz de competir contra cualquier rival, tirando para ello de una cantera que es el gran filón.
No se sabe hasta dónde será capaz de llegar este Sporting. Circunstancialmente ocupa la tercera posición en la tabla, aunque ya se pudo vestir de líder el sábado contra el Llagostera. No pudo ser, pero lo importante es que el equipo está cada vez más asentado en la zona noble del fútbol de plata. Ocurra lo que ocurra, nadie podrá impedir que el sportinguismo pueda presumir de sus guajes. «Porque este año seguimos invictos y pobre del que quiera robarnos la ilusión».