El Sevilla cumplió el objetivo en la última jornada
Cuando el Sevilla entró en Liga de Campeones gracias a la consecución de su cuarta Copa de la UEFA, ahora llamada Liga Europa, seguramente no fijaría su objetivo en caer eliminado en la fase de grupos y sin apenas competir. Lo cierto es que del actual Sevilla no se podía esperar tampoco una competitividad máxima viendo el transcurrir del equipo por la liga en esta temporada. La situación empeoró a medida que fue avanzando el sorteo, que fue demoledor para la aspiraciones nervionenses. Del bombo uno, el campeón de la Serie A y subcampeón de Europa, la Juventus. Del bombo dos, el coco, el Manchester City, y del bombo cuatro, uno de los dos alemanes, que sin duda eran los más fuertes, el Borussia de Mönchengladbach. Por aquel entonces se decía que -“El Sevilla juega la Champions para jugar con los más grandes”- y no faltaba razón, pero la suerte y el estado de forma del equipo no fueron argumentos positivos. La competición le ha quedado enorme. Maquilló su participación en la última jornada, venciendo a la Juventus en el Sánchez-Pizjuán en un partido épico, y que le valió para clasificarse para la UEFA Europa League, del que es el máximo campeón histórico.
El calendario no era del todo malo para los de Nervión. En la primera jornada recibieron a un Borussia de Mönchengladbach totalmente desahuciado, colista en la Bundesliga y con Lucien Favre, el artífice de la gran temporada realizada en la campaña anterior, totalmente perdido con su equipo. Muchos lo achacaban a las bajas de Kramer o Kruse, pero más tarde esta teoría quedaría en nada. El Sevilla iba rematadamente mal en liga, de hecho, el partido fue un duelo de colistas. Se saldó con tres penaltis a favor de los hispalenses en un partido muy plano de los alemanes. Gameiro falló uno, metió otro, y Banega convirtió el último. El 3-0 definitivo lo hizo Konoplyanka desde el córner. Fue un comienzo imposible de mejorar. Por aquel entonces la Juve tampoco andaba bien, y ganó en Manchester, por lo que todo parecía propicio en el inicio.
Precisamente, en la segunda jornada, el Sevilla viajó a Turín en un duelo entre líderes del grupo. Fue uno de los peores partidos de la temporada de los sevillistas, y eso este año, es decir mucho. Con experimentos en el sistema y un equipo sin intensidad alguna, el conjunto de Emery naufragó ante un rival que no hizo nada para ganar, pero al menos mantuvo el orden. Morata hizo el primero y Zaza el segundo, al contragolpe, antes de finalizar el encuentro. La imagen del equipo cambió el color de rosa a los tonos grises, había que viajar a Manchester. Sorpresivamente el Sevilla disputó su único buen partido fuera de casa de la temporada, pero el fútbol fue cruel ese día con los de Emery. De hecho tal vez fue el partido clave. Hubiese ayudado a afrontar de otro modo la vuelta ante los ingleses aquí y que no sucediese lo que más tarde pasó. El Sevilla fue superior al City en muchas fases del encuentro, y se adelantó con un gol de Konplyanka tras una gran jugada combinativa. La alegría duró seis minutos, hasta que Rami se metió un gol en propia puerta y vuelta a empezar. El empate sería buen resultado en un campo como el Etihad, siempre y cuando se ganase en casa. El Sevilla tuvo tiempo de apretar, de jugar, de defender y de aguantar, pero en el tiempo de descuento de la segunda parte, apareció por un momento esa defensa paupérrima que sigue existiendo a día de hoy, para dejarle el camino libre a Kevin de Bruyne, que solo tuvo que ponérsela a Rico en el palo desde dentro del área. El 2-1 mató muchas de las opciones sevillistas en Liga de Campeones, pero quedaban la mitad de los partidos, dos de ellos en casa, y la opción de Europa League. Por aquel entonces, el Borussia había aceptado la dimisión de Favre, y el técnico del filial se hizo cargo del equipo. A día de hoy, el que era colista, ha vencido al Bayern de Múnich y es tercero en la Bundesliga.
El Sevilla podía tomarse la revancha de Manchester en el Sánchez-Pizjuán, pero el partido se acabó en diez minutos. El City dejó heridos de muerte a los hispalenses con dos goles muy tempraneros y ayudando con su juego a que el Sevilla mostrase su faceta futbolística más ridícula. Con dos arreones, Tremoulinas acortó distancia tras gran jugada de Coke por la derecha, pero de nuevo Bony a pase del hijo pródigo, Jesús Navas, puso el 1-3 definitivo. Con un pie fuera de la competición, la mejoría del Gladbach y el pobre nivel ofrecido por el Sevilla hacían pensar en las peores opciones posibles de cara al futuro en Europa. Se la iba a jugar en Alemania, con un equipo más que en racha y con cero victorias oficiales fuera de casa. El panorama era negro para los españoles, pero nunca se debe dar por muerto al Sevilla. Lo cierto es que el partido no arrancó mal. Dominio alemán pero bien plantado el Sevilla en los primeros minutos y creando peligro en ataque. Esto duró unos veinte minutos, a los 29, un centro de Xhaka lo empuja en el segundo palo completamente solo Lars Stindl. En la segunda parte, en diez minutos, serían Johnson y Raffael los que pondrían el 3-0. Vitolo acortó distancias y le dio el golaverage particular al Sevilla en el 82, un minuto antes del 4-1 para el doblete de Stindl. Ya Banega en el descuento, maquilló con el 4-2 un partido de nuevo muy pobre, pero clave para la UEFA. El Sevilla quedaba eliminado en la quinta jornada, y llegaba último con 3 puntos a la última, a 2 del Borussia y por tanto, de su competición fetiche. Se la jugaría con la Juventus en casa, que se jugaba el liderato. A los turineses les valía el empate para ser primeros, el Sevilla debía ganar, y esperar que no lo hiciese el Borussia en Inglaterra. Estaba en contra casi todo, pero apareció por fin el gen ganador para evitar el fracaso.
Se llenó el Sánchez-Pizjuán, esperaba la copa que cambió la historia del club, y eso son palabras mayores. Cada jugador que llega a Nervión lo sabe, y así se lo hizo saber la gente minutos antes del comienzo del partido. En los primeros minutos dominó la Juve, parecía que sería un día más de esta temporada, donde la resignación del paso de los minutos da paso a la derrota. Pronto se le dio la vuelta. Alex Sandro y Dybala fueron un peligro constante durante todo el partido, pero apareció el gran Sevilla. Llegaban malas noticias al descanso. El 0-0 era lo mejor si se comparaba con el 1-2 que iluminaba el marcador en Manchester. En la segunda mitad, Llorente hizo el gol del partido. El cabezazo precedió a la remontada citizen, que finalizó con un 4-2 y el pase del Sevilla a la UEFA Europa League, gracias también a una actuación memorable de Sergio Rico.
El Sevilla no seguirá en Liga de Campeones, pero se vuelve a convertir en uno de los grandes favoritos del año para ganar un título europeo, una de las vías posibles para volver el próximo año a la máxima competición continental.