El Sevilla se trae una ventaja escasa a España tras empatar a dos ante el Maribor en Eslovenia. El conjunto sevillista no propuso fútbol y acabo dando gracias del bajón físico del rival, que voluntarioso lo intentó hasta que pudo. Con todo y con eso, el resultado se antoja corto por las ocasiones finales, pero válido para llegar por delante a Sevilla.
La primera parte no tuvo nada. El Sevilla ni se presentó en los primeros cuarenta y cinco minutos. El equipo esloveno empezó fuerte, encerrados en su mitad del terreno para salir a la contra. Y salieron. Cada vez que querían salían y con peligro. La calidad al final decide, y se apagaban en los metros finales. Pero en una de tantas, Fernando Navarro salió a no sabemos donde, para dejar una internada a placer por el costado derecho, un pase de la muerte, y el gol. Tavares como buen goleador no perdonó casi a puerta vacía. Resultado hasta ese momento justo y esperado. El Sevilla no hizo mucho más. Un voluntarioso Cheryshev, volvió a caer lesionado y tuvo que ser sustituido por Marko Marin. De locos fue la acción, puesto que el hispano-ruso sufrió una purísima entrada al tobillo que el árbitro sancionó con falta en contra del Sevilla. Una calamidad. Así se llegó al descanso. Un Rakitic que en teoría jugaba por detrás del delantero aparecía entre los centrales para tratar de sacar la pelota. Cristóforo más pendiente de encontrarse a sí mismo que a los rivales, y un Gameiro al que le cuesta un mundo intervenir.
La segunda parte fue otra historia, no muy distinta, pero suficiente para que se viese el resultado final o uno incluso mejor. Rakitic se echó al equipo a la espalda. El cambio de Pareja por Iborra retrasando a Carriço al eje de la zaga, coincidió con el bajón físico de los violetas en la segunda parte. Todo se puso de cara, aunque no las intenciones del Sevilla, que tampoco se desmelenó en exceso. Gameiro tuvo que fallar dos ocasiones clarísimas para que a la tercera, tras un pase medido de Rakitic desde el lateral, la empujase el francés en el segundo palo. Llegó el empate y el Sevilla empezó a dominar con claridad. Marin por fin apareció. Cristóforo de desfondó, y Fazio lideró. Tanto, que en un saque de esquina, cabeceó entre una maraña de jugadores de ambos equipos en el área pequeña. El 1-2 era merecido por el dominio aunque no tanto por ocasiones. Se dedicaron los nervionenses a dominar el partido y las ocasiones cayeron por su propio peso. La más clara una doble con un disparo de Trochowski al palo y posterior fallo garrafal en el área pequeña de Iborra. El segundo gol del Maribor, quedará en una anécdota siempre que el Sevilla solvente el partido de vuelta. Se relajaron tanto en el balance que Vrsic probó fortuna desde fuera del área, y la fortuna le sonrió.
No se atisban cambios. El Sevilla recibe los mismos goles que llegadas, y le cuesta un mundo llegar al área rival. No es el de antes de navidad, eso está claro. Emery ya no sabe lo que hacer, los jugadores tampoco, pero siguen vivos en la lucha liguera y en la europea. Lo de hoy es un mal menor. El domingo visitan al Rayo. Ojito con Emery si no ganan. Puede ser su último partido de sevillista.