Los goles de Lekic no bastan para sumar los tres puntos ante un sólido Alcorcón que reentabilizó al máximo la inspiración goleadora de Javito
Alejandro Rozada (@alexrozada)
Después del atracón, llegó la indigestión. Justo cuando le tocaba al Sporting asimilar el festín del domingo pasado en tierras gallegas, apareció un equipo tan sólido como el Alcorcón y se atragantó la digestión del revolucionario sistema cocinado por José Ramón Sandoval. Conocido por su apego a la gastronomía, el entrenador madrileño aún tendrá que hervir más la receta que tan bien le salió en el Anxo Carro. Porque ese innovador planteamiento (con tres defensas; dos carrileros; tres mediocentros y dos delanteros), al igual que asegura los goles a favor, también garantiza los apuros defensivos. Ocurrió en Lugo y volvió a suceder esta semana en El Molinón, con la diferencia de que, esta vez, la pólvora ofensiva no resultó suficiente para conseguir los tres puntos, que hacían mucha falta para consolidarse en las posiciones de ascenso y ratificar las buenas sensaciones. El esquema está a medio hacer, se cuece a fuego lento y de eso se aprovechó un Alcorcón más inspirado ofensivamente que el Lugo.
Si hubo un ´MasterChef´este domingo en Gijón no fue otro que Javito. Formado en las categorías inferiores del Barcelona, el interior extremeño impulsó al Alcorcón marcando dos goles que remontaron la desventaja originada por el gol de Lekic y resultaron decisivos para que su equipo sumara un valioso punto. Como si de Pedro Rodríguez se tratara, por algo también luce el 7 en su camiseta, Javito fue un incordio permanente para Canella y los centrales del Sporting al incrustarse en las posiciones de remate dejándose caer desde su hábitat natural, el costado derecho. Se bastó para desquebrajar el inmaduro esquema defensivo de Sandoval, que sigue sin mantener su portería a cero desde el empate sin goles de Los Pajaritos a principios del mes de octubre. Este dato, con ser malo, es todavía peor si se considera que el equipo asturiano ya ha encajado 21 goles en esta Liga y le han marcado en sus ocho últimos partidos. La atrevida apuesta del técnico madrileño provoca desajustes defensivos. No solo de una presión asfixiante desde la delantera, ni del trabajo de los propios zagueros viven los aspirantes al ascenso. A los interiores, en especial a un desarbolado Hugo Fraile, primero trasladado al interior diestro para situar en el lateral derecho a Luis Hernández y después sustituido por Carmona, se les debe exigir más sacrificio.
Pero no todo fue negativo. El Sporting sigue sin perder y ya lleva cinco jornadas sin conocer la derrota, amén de que suma 25 puntos que le mantienen pegado a la escapada por el ascenso, concretamente en la zona de promoción. El empate ante el Alcorcón no pasará a la historia, pero tiene su importancia. Se mantiene la inspiración de Dejan Lekic, que suma cinco jornadas consecutivas marcando y con su doblete de este domingo alcanza los 6 goles en este campeonato. A falta de los tantos de Scepovic, al que el murciano Sánchez Martínez escamoteó un flagrante penalti en el segundo tiempo, bueno es contar con el acierto de su compatriota serbio, cuyos goles se traducen en puntos; siemre que marca Lekic puntúa el Sporting. El paso por El Molinón del equipo madrileño deja también el poso de Sergio Álvarez, cada día más asentado en la medular, y el indiscutible protagonismo de Álex Barrera y Nacho Cases en las labores creativas. Si algo hay que reconocerle a Sandoval es que por fin ha fiado la proyección del equipo a la presencia de tres perlas de Mareo, incluso a costa de dejar en la estacada a un hombre que parecía intocable como López Garai, ni convocado contra el Alcorcón.
Decisivo Javito
Entregado a la causa del esquema 1-3-5-2 que puso en práctica el pasado domingo, Sandoval apostó por mantener las líneas maestras del citado planteamiento, con la novedosa presencia de Canella en la posición de carrilero, como en sus tiempos mozos, y de Hugo Fraile por la derecha en sustitución del lesionado Lora. No escondió sus cartas el entrenador madrileño y se la volvió a jugar con esa mano que tan buen resultado le dio en el Anxo Carro. El desarrollo de los primeros minutos del partido dio a entender que el técnico estaba en racha porque el Sporting mantuvo bien controlada la situación, a pesar de los escarceos del Alcorcón que obligaban a Cuéllar a estar alerta. Hasta que en un nuevo derroche de eficacia goleadora, volvió a aparecer Lekic para marcar el primero de la tarde con un cabezazo certero aprovechando un preciso centro de Barrera que no desaprovechó un toque sutil de Scepovic.
Lejos de tranquilizar la situación y encarrilar la segunda victoria consecutiva, el gol no serenó a los sportinguistas, que se encontraron con el empate a continuación. Juli se incrustó por la autopista que dejaba la descoordinación de Hugo Fraile y Luis Hernández en la banda derecha, sirvió hacia el punto de penalti, donde estaba Javito para fusilar. Pecado capital ante un equipo que reentabiliza tanto los goles a favor por recibir tan pocos en contra (ocho tantos antes de jugar ante el Sporting). Este gol desquició aún más a los de Sandoval, incluso Sergio vio la amarilla por una dura entrada sobre Sanz, y el oportunismo de Javito reapareció para marcar el segundo de la tarde aprovechando un rebote el desacierto de Cuéllar. A partir de aquí, el Sporting se hizo fuerte con el balón aprovechando los movimientos de Barrera y la circulación de Cases, pero solo inquietaron al guardameta Dani Giménez con un disparo de Lekic que se marchó fuera. Mucha voluntad, pocas ideas.
Consciente del olfato de Javito y de la endeblez que supone jugar con tres defensas, Sandoval volvió a los orígenes, trasladó a Canella al lateral izquierdo, a Luis Hernández a la derecha, y afrontó con una defensa de cuatro hombres el segundo tiempo. Comenzó el goteo de ocasiones sportinguistas: Nacho Cases con un remate cruzado que se marchó ligeramente desviado; un peligroso centro de Álex Barrera que se paseó por delante de la portería del Alcorcón y que no cazó Lekic por milímetros; y un ajustado disparo de Sergio que se marchó fuera por muy poco. Los tres canteranos del centro del campo se echaron el equipo a sus espaldas para buscar el empate, que se hacía de rogar. A ello también contribuyó la pusilanimidad del árbitro, que no sancionó un penalti claro de Iribas sobre Scepovic. También lo intentó Lekic, pero Giménez le ganó la partida. Y después de que entraran Jara y Carmona por Fraile e Iván Hernández, llegó el empate de Lekic, su sexto gol en cinco jornadas consecutivas, aunque éste llegó con intriga porque el balón entró llorando en la meta alfarera tras un buen toque de Scepovic cazando un gran centro del recién incorporado Carmona.
El asedio sportinguista ya resultó total en los últimos minutos del partido, aunque fue escasamente productivo. Barrera casi levanta El Molinón con un zurdazo bien colocado que buscaba la escuadra de Dani Giménez, pero que se marchó fuera por muy poco. La frescura de Jara y Carmona dio otro aire al equipo de Sandoval, más suelto y vertical que el de Miguel Álvarez. La tensión era tal que el portero suplente de Sporting, Alberto, fue expulsado por protestar las reiteradas pérdidas de tiempo del equipo madrileño. Al final, tanto dominio, tantas ocasiones y tanta tensión no sirvieron para desequilibrar la balanza y conseguir tres puntos que hubiesen sabido a gloria. Por delante quedan varios días para seguir cocinando el revolucionario sistema con miras a volver a saborear las mieles del triunfo contra el Hércules en el Rico Pérez.