Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
Un objetivo: Conquistar el triunfo en tierras burgalesas. Esta era la prioridad del Villarreal en esta jornada de Liga. El conjunto que dirige Marcelino quiere luchar por el ascenso y jugar la próxima temporada en la primera categoría. Para conseguirlo, deben dar el cien por cien hasta el final. A estas alturas, los errores pueden salir muy caros.
Dicho y hecho. Ni más ni menos que con cinco goles, el submarino amarillo ha sacado los colores a un Mirandés que comenzó con ganas, pero que no llegó a estar a la altura de sus rivales. Carlos Pouso, entrenador de los rojillos advirtió: «Nos enfrentamos a un equipo de primera división». Ya sabían que ante el submarino amarillo no podían relajarse pero salieron de su casa muy torpedeados.
La verdad es que los locales comenzaron bien el encuentro. En el minuto treinta y dos, Muneta estrenó el marcador. La euforia local no era para menos. La cosa comenzó a torcerse cuando se produjo el empate a los dos minutos. Caneda, en propia puerta, regalaba un gol a un Villarreal que se iba creciendo en el campo según avanzaba el cronómetro. De hecho, en el treinta y siete Cani adelantaba al equipo castellonense gracias a un elegante disparo a media altura.
Con una ligera ventaja el Villarreal se fue al túnel de vestuarios para plantearse como afrontar los cuarenta y cinco minutos que faltaban. Necesitaban sentenciar. Sabían que tras la reanudación el Mirandés iba a salir a por todas, y así fue.
Con muchas ganas los rojillos saltaron al campo. Estaban a un gol de igualar el encuentro y, quizás de remontar. Pero el submarino amarillo había salido a la superficie y con todo su arsenal marcó el tercero. Perbet se merecía marcar y la fortuna hizo justicia con él. El reloj marcaba el minuto cincuenta y tres. Todavía quedaba mucho partido y el gol del francés cayó como un jarro de agua fría para los burgaleses.
Los de Pouso estaban empequeñeciéndose mientras que el Villarreal se iba creciendo. Con la actitud que estaban mostrando ambos equipos era de esperar algún gol más. En el ochenta y dos llegó el cuarto cuando Pereira batía a Goitia y a falta de un minuto para que se cumplieran los noventa reglamentarios, Perbet anotaba el quinto.
Que bien se deben saber los de Marcelino la canción que dice «cinco lobitos tiene la loba» porque con cinco goles regresan de Anduva. Aunque el partido no comenzó a su favor, no se rindieron y lucharon por tres puntos que les permiten luchar por el segundo puesto en la clasificación. Una segunda plaza que concede el ascenso directo. Tienen cincuenta y cuatro puntos al igual que el Girona, a falta de jugar todavía. Y están a un puntito del Almería, segundo, y del Alcorcón, tercero.
Un equipo que lleva diez partidos consecutivos sin perder y que demuestra una gran calidad en el terreno de juego, bien se merece el mejor premio: Subir a primera división.