Jimena Bañuelos (@14ximenabs)
Bronco, tenso y emocionante fue el partido que se vivió ayer en El Madrigal. Se jugaban mucho los de Marcelino y gracias a los goles de Bruno, Mellberg y Uche el Submarino mantiene muy vivo el sueño del ascenso directo. Luchó hasta el final no sólo contra el Xerez, sino contra un colegiado que quería ser el protagonista del encuentro.
El partido arrancó como era de esperar por parte de los castellonenses. Tenían que salir a por todas y así lo hicieron. En el minuto siete, Bruno anotó el primero gracias a una jugada a balón parado. El córner botado fue rematado magistralmente por el centrocampista con un cabezazo por la escuadra. Por cierto, el capitán amarillo cumplió anoche doscientos cincuenta partidos oficiales defendiendo los colores del Villarreal. Bien encaminado iba el encuentro pero todavía quedaban muchos minutos y ningún equipo se iba a relajar.
Las ocasiones no faltaron pero los goles no llegaban. Pasaban los segundos en el cronometro y las gradas pedían más a los suyos. Los jerezanos, a pesar de ir por detrás, no se daban por vencidos. Quedaba mucho por ver. De hecho, el primer punto de inflexión en El Madrigal llegó en el treinta y seis. Canteros fue expulsado por una roja directa tras derribar a José Vega. Con diez, el Submarino Amarillo tenía que hacer frente a los cincuenta y cinco minutos que quedaban.
El enfado en los hinchas amarillos era de suponer pero todavía quedaba más. El colegiado, José María Sánchez Martínez, quiso más protagonismo y claro que lo consiguió. A punto de finalizar la primera mitad, en los minutos de descuento, tuvo la osadía de anular un gol a Perbet por una falta en ataque que sólo vio él. ¿Sería un espejismo? Con El Madrigal convertido en una olla a presión, hubo más. Marcelino García Toral fue expulsado. Menos mal que llegaron los quince minutos de descanso que, al menos, apaciguaron un poco a los castellonenses.
La reanudación comenzó con una ligera superioridad de los visitantes. Los hechos de la primera mitad dieron un plus al Xerez que vio como sus posibilidades mejoraban. De hecho, empató Bodipo en el sesenta y tres. Pero el Villarreal quiere ser de primera y como un equipo grande que es, se crece en la adversidad.
El empate no estaba en sus planes. Sólo aceptaban la victoria y con ella los tres puntos y a por ella fueron. En el ochenta y uno, Mellberg adelantó de nuevo a los castellonenses. Gracias al pase de Trigueros, el dos a uno hizo estallar a El Madrigal. Los amarillos estaban sufriendo pero veían que la alegría llegaba. Y tanto, porque en el ochenta y ocho, Uche marcó el tercero. Parecía que el encuentro estaba resuelto pero no fue así. Faltaban los minutos más angustiosos para los de Marcelino. Poco quedaba de partido pero, ya se sabe que en el futbol todo es posible…A falta de un minuto para los noventa reglamentarios, de nuevo, Bodipo marcó el segundo para los andaluces. Con el tres a dos en el marcador, el Submarino Amarillo sólo podía restar segundo a segundo hasta escuchar el pitido final…Menos mal, que así fue. El Villarreal luchó contra todos los elemento en su casa. Demostró su poderío y su afición está orgullosa de ellos.
Con esa fuerza y orgullosos de la gesta de anoche, acudirán el próximo domingo al Mini Estadi. Volver de Barcelona con tres puntos más es su objetivo. Marcelino no podrá sentarse en el banquillo pero no os preocupéis que a la afición no hay quien la expulse.