Por Amanda G. (@mandy_puyigol)
El Zaragoza se hace con un punto valioso en La Rosaleda
El Málaga empató en casa ante el Zaragoza en el partido correspondiente a la vigésimo segunda jornada de la competición liguera. La jornada del domingo daba comienzo con el encuentro de las 12 en el que los dos equipos salieron al campo con diferentes objetivos. Para el equipo costasoleño la importancia de sumas los tres puntos en su estadio y acompañado de su afición suponía acercarse aún más a los puestos de Champions. En cambio, los maños sabían de la dificultad de jugar contra los de Pellegrini, pero requerían sacar algún punto para seguir alejándose de los puestos de descenso.
El partido no empezaba tal como tenía planteado el Málaga. Salió a hacer su juego, pero no lo encontró en los primeros minutos. El temprano gol de Postiga, uno de los más destacados durante todo el partido, hizo que el equipo costasoleño espabilará y consiguiera meterse en el partido de la mejor manera: haciendo claras ocasiones y teniendo el control del partido.
Esto llevó al empate. Jugada por banda que acaba con una posible mano de Paredes, penalty y gol que transformaría Isco. Si el primer gol fue polémico por un posible fuera de juego, el del empate no sería menos y se dudría también de la voluntariedad o no del jugador maño al interceptar el balón con la mano.
Isco haciendo de las suyas, aliándose con Joaquín hacían soñar a La Rosaleda con el gol de la remontada. Precisamente la ocasión más clara la tendría Isco a pocos minutos del final de la primera parte cuando tuvo la mala fortuna de estrellar un balón al palo. Y así se llegó al descanso.
La segunda parte discrurrío entre ovaciones y abucheos. Los pitidos iban dirigidos a un Apoño que tuvo en sus botas el 1-2 en un disparo de falta que desvió el palo. El público no olvidó la marcha del que fuera jugador de su equipo hasta hace unas temporadas y no dejó de increparle. No siendo así en el caso de Movilla, otro mítico malaguista, que sin embargo fue ovacionado cuando abandonó el campo (diferentes motivos llevaron a ambos a dejar el club malacitano).
A falta de puntería, Pellegrini se volcó en el juego ofensivo y sacó la artillería pesada. Primero sería Saviola quien entrara para sustituir a un tocado Joaquín y acompañar arriba a Santa Cruz y poco después vendría el cambio de éste por Batista. La Rosaleda se puso en pie para aplaudir la reaparición de uno de sus jugadores más queridos. «La Bestia» volvía a pisar el césped de su casa 15 meses después de la lesión que le mantenía apartado de los terrenos de juegos.
Se le vió con muchas ganas, pero a pesar de los intentos de éste y de sus compañeros, nadie pudo mover más el marcador. El Zaragoza se llevó un punto que no veía tan fácil conseguir y el Málaga pinchó ante el buen hacer defensivo de los visitantes. A pesar del empate, la afición malaguista abandonó el estadio con la alegría de haber visto a Julio Batista de nuevo en acción. Sin duda una noticia que simpatiza no sólo a esta afición sino al fútbol en general.