El Dépor reclama dos penaltis, uno en el último minuto / El línea anuló un gol dudoso al Atlético por supuesto fuera de juego / Pocas ocasiones en un partido marcado por la igualdad
La crónica de Jorge Gómez (@xurxogg)
Ayza Gámez, el árbitro que sacó de sus casillas a Manuel Pablo en el Dépor-Granada de hace unos meses, volvía a Riazor. Y otra vez hizo de las suyas. El colegiado se tragó dos penaltis –el último por unas manos clamorosas en la última jugada del partido- a favor de los deportivistas y anuló, a instancias de su asistente, un gol al Atleti por un supuesto fuera de juego.
La discutida actuación arbitral puso el picante a un intenso duelo entre dos equipos que chocaron frontalmente. Tanto Deportivo como Atlético están hechos para el contragolpe. Su fútbol se basa en el repliegue intensivo por detrás del balón y en salidas rápidas buscando la verticalidad de sus jugadores de ataque para que éstos finalicen. Ambos juegan a lo mismo y el resultado fue, como no podía ser de otra manera, un partido de fútbol peleado, con una alta dosis de competitividad y escasa belleza. No abundaron las jugadas trenzadas, los ataques pausados y los desbordes individuales. Imperó la brega, el centrocampismo, la intensidad o las disputas físicas. No fue un choque bonito en lo estético, pero sí muy luchado.
Ante este panorama, no rebosaron las ocasiones. El Dépor dominó el esférico en la primera parte, más por el beneplácito del Atlético que por propia iniciativa. Sin embargo, los gallegos no eran capaces de penetrar en la tela de araña en la que se convierte el equipo de Simeone cuando adopta posiciones defensivas. Los blanquiazules apenas crearon peligro con un par de disparos lejanos demasiado centrados de Riki y Ayoze. Nada más en la primera mitad, a excepción de un eslalon del hiperactivo Bruno Gama –el mejor herculino junto con Valerón- que acabó con un pisotón de Miranda dentro del área que el colegiado no creyó preciso decretar como penalti. Fue su primer gran error. Por su parte, el Atlético tampoco llegaba con suficiente claridad. Llevó peligro alguna que otra contra del silbado Adrián y en varios remates de un desafortunado Falcao. Poco más, a excepción de una clara ocasión para Godín, que tras un barullo en el área remató a bocajarro un balón que no acabó en gol por el cruce imperioso de Zé Castro.
El comienzo del segundo acto fue más de lo mismo. El Dépor intentaba llevar la manija ante el repliegue colchonero, pero los gallegos, a pesar de encomendarse a un genial Valerón, no lograban acertar con un último pase que les generara ocasiones de peligro. Poco a poco, el desgaste fue haciendo mella y llegaron los cambios. A partir de aquí cambió el panorama. El Dépor acusó las bajas de Abel Aguilar, Pizzi y Salomao, pues Fernando Vázquez no tuvo más remedio que introducir al esperpéntico Evaldo por un extasiado Camuñas. Mientras, Simeone apostó por dar clarividencia al juego dando entrada primero a Arda y posteriormente a los canteranos Óliver –dejó detalles de jugador de mucha clase- y Saúl. Con las sustituciones, el Atleti comenzó a controlar el partido. El Dépor ya apenas salía a las contras. El equipo se hizo largo y sufrió con las combinaciones entre la pareja Arda-Óliver. Ellos aportaron el fútbol que hasta entonces le había faltado a su equipo. Los madrileños llegaban con más claridad. Gabi envió un chutazo al larguero, en la que fue la ocasión más clara del partido. Fruto de este dominio llegó el gol –anulado-, en un balón lateral de Turan. El turco centró y el balón se coló en la meta de Aranzubía después de que Miranda primero y Godín después lo rozasen -supuestamente-. La jugada era difícil y el línea interpretó que el central brasileño sí contactaba con el esférico, lo que invalidaba la posición de Godín que, contactase o no con el cuero, hizo por rematarlo.
El Dépor se había librado de lo que hubiese sido una dolorosa derrota en los minutos finales. Es más, incluso al final tuvo la victoria. Los colchoneros apretaban y disponían de córner en los segundos finales. Tras una mala ejecución, el Dépor salió a la contra con superioridad –la primera vez en todo el partido- y Evaldo finalizó la jugada con un disparo que Juanfran interceptó con la mano al tirarse para taponar. Ayza Gámez, perfectamente colocado para ver la acción, decidió, al igual que en la primera parte, no ver nada.
Así finalizó el partido, con un Dépor indignado, sobre todo por la última jugada, y un Atlético de Madrid receloso por el gol anulado. El empate fue justo a tenor de lo visto en el terreno de juego, pero quizá el signo del partido hubiese cambiado si el colegiado hubiese señalado alguna de las dos infracciones dentro del área rojiblanca.
Con el reparto de puntos, el Atlético de Madrid se clasifica matemáticamente para la Champions League y se afianza en la tercera plaza, que le da acceso directo a la competición europea. Mientras, el Dépor mantiene la misma distancia sobre el descenso (un punto) que al empezar la jornada, a falta de lo que hagan Mallorca y sobre todo, Zaragoza. Los coruñeses continúan con su buena racha y ya suman siete partidos sin perder -cuatro victorias consecutivas y tres empates seguidos-. El partido del próximo sábado ante el Valladolid, en el que se espera un gran desplazamiento desde Galicia, se presupone como una final de cara a la permanencia. Los gallegos necesitan volver a sumar de tres cuanto antes si quieren optar a la permanencia, y Zorrilla es la primera parada.
Ficha técnica:
Deportivo de La Coruña (0): Aranzubia; Manuel Pablo, Aythami, Zé Castro, Ayoze; Álex Bergantiños, Juan Domínguez; Bruno Gama, Valerón (André Santos, min.86), Camuñas (Evaldo, min.72); y Riki (Nélson Oliveira, min.77).
Atlético de Madrid (0): Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis; Gabi, Mario Suárez; Adrián López (Saúl Ñíguez, min.81), Raúl García (Óliver Torres, min.72), ‘Cebolla’ Rodríguez (Arda Turan, min.65); y Falcao.
Árbitro: Ayza Gámez, del colegio valenciano. Mostró amarilla a Godín (min.42), por parte del Atlético; y a Bruno Gama (min.90), por parte del Deportivo.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la trigésimo cuarta jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio de Riazor, que rozó el lleno (34.600 espectadores).