El suizo consigue su vigésimo título de Grand Slam y se consagra como el mejor tenista de todos los tiempos.
08 de julio de 2016. Pista central del All England Tennis Club en Londres. Roger Federer perdía por primera vez en su carrera unas semifinales de Wimbledon ante Milos Raonic y salía de la hierba británica con una lesión en la rodilla que le dejaba fuera de las pistas durante el resto de la temporada. Los fantasmas de una posible retirada eran más fuertes que nunca. Y en caso de que no dejase la raqueta, se preveía un Federer residual, pasado de vueltas, fuera de la competencia por los grandes títulos y alejado del número uno mundial.
28 de enero de 2018. Rod Laver Arena de Melborune. El tenista de Basilea vence a un gran Marin Cilic en una final (primera en la historia que empieza con la pista cubierta) digna de Grand Slam (6-2/6-7/6-3/3-6/6-1, en 3h02m) y consigue su vigésimo título en uno de los cuatro grandes torneos del circuito e iguala a Roy Emerson y Novak Djokovic como máximos campeones en tierras aussies (6 coronas cada uno). En el camino a la final, Federer no cedió un solo set, pero en el partido final su rival le puso contra las cuerdas llegando a tener varias bolas de break al inicio del quinto y definitivo set.
Cilic perdió el título pero tras este primer grande del año se ha establecido como un jugador top en la ATP y ha alcanzado el número 3 mundial. O lo que es lo mismo, es el primero de la lista tras los extraterrestres Nadal y Federer. La impresionante evolución del croata le ha llevado a ser un jugador muy completo, dejando atrás el cartel de sacador.
Pero Federer no tenía rival en este Australian Open. La derecha del suizo carbura con precisión, sus primeros servicios son como cañones y su revés a una mano es más letal que nunca. Roza la excelencia en su juego. Mima la pelota mientras hace que sus rivales pasen un auténtico calvario al otro lado de la red. El tenis de Federer suena a música clásica. Elegante, sencillo y hermoso.
Con este título, el suizo pone mucha tierra de por medio en cuanto a títulos en los grandes títulos respecto a sus rivales históricos: deja a 4 trofeos a Rafael Nadal y a 8 a Novak Djokovic. Federer asciende a otra dimensión al entrar en el selecto club de los tenistas que han ganado 20 o más majors. Tres mujeres superan en campeonatos al suizo: Court 24, Serena 23 y Graf 22. De momento parece muy complicado ver otro hombre llegando a la veintena en títulos de Grand Slam.
Además, la pelea por el número 1 mundial se estrecha tras el Abierto de Australia. Los dos grandes tenistas más grandes de todos los tiempos siguen peleando por ser el mejor en el ranking mundial. Tan solo hay 155 puntos de distancia entre estas dos leyendas. Nos seguirán haciendo disfrutar con esta pelea por el número uno durante todo el año.
Un año y medio ha pasado desde aquel julio de 2016 en el que parecía que Federer estaba acabado. En todo este tiempo 3 títulos de Grand Slam han aumentado la leyenda del genio suizo. Ver su tenis con 36 años deja claro que digan lo que digan, Federer es eterno.