El Celta de Vigo se lleva el derbi gallego gracias a un recital de Iago Aspas.
Deportivo y Celta se citaban en la decimoséptima jornada de La Liga Santander en un choque que prometía mucho. Llegaba O noso derbi, la fecha que todo gallego marca en rojo en su calendario.
Ambos conjuntos llegaban a Riazor con la necesidad de sumar los tres puntos. El Deportivo, en puestos de descenso, recibía en casa al eterno rival que venía de perder a domicilio frente al Valencia y en casa contra el Villareal.
El partido comenzaba a favor de los celestes. En el minuto 3, Daniel Wass, tras un centro de Pione Sisto, enviaba el esférico al fondo de la red. Empezaba el espectáculo en Riazor.
El Deportivo intentaba reponerse del tempranero golpe. Çolak, al que le costó mover al equipo en ataque, probó a Rubén Blanco con un disparo desde la frontal del área y Adrián, al borde del cuarto de hora, disponía de la primera gran ocasión para quitarse el mal sabor del gol vigués, pero le faltaba la rosca.
Con la posesión, aunque sin argumentos ofensivos, los locales empezaron a generar peligro. Sin embargo, no obtuvieron premio. Apenas 5 minutos antes del descanso, Maxi Gómez asistía a Iago Aspas, que volvía a enseñar el escudo.
A la vuelta del vestuario, el Deportivo intentó cambiar el esquema. Sin éxito. A los ocho minutos de volver a rodar el balón, Aspas colocaba una falta por encima de la barrera que Rubén Martínez no era capaz de desviar.
Heridos en el orgullo, los de Cristóbal Parralo, acortaban la distancia en el marcador gracias a un solitario tanto de Andone que se benefició de una serie de rechaces en el área, cuando todavía quedaba media hora para el final del partido.
Los derbis no se juegan, se ganan y esta vez ha vuelto a ser el turno de los celestes que acumulan con esta, 26 victorias frente al eterno rival.