Valencia 3 – 1 Atlético de Madrid
Un arrollador Valencia sentencia el partido en los primeros trece minutos de encuentro, contra un Atlético noqueado y sin ideas.
Las cuatro de la tarde en Valencia y el sol en lo alto del cielo anunciaba las altas temperaturas en las que iba a desarrollarse el encuentro. Grandes expectativas en torno a este partido, como suele suceder cuando se encuentran dos equipos como son el Valencia y el Atlético de Madrid. Con un aliciente, además: ambos se encontraban en lo alto de la tabla presumiendo de un buen rendimiento.
El Valencia encaraba este partido con tres victorias en los últimos tres enfrentamientos en Mestalla mientras que el Atlético quería seguir encadenando victorias en la Liga, un total de ocho hasta este mismo día. Ninguno conocía la derrota. Uno frente a otro y mucho que ganar.
El encuentro tuvo un inicio tranquilo, con ambos equipos tanteándose sin atreverse a dar el paso definitivo; quizá sin poder hacerlo. No achuchaban, no buscaban la portería, sólo esperaban.
Pero no duró mucho la espera. Cinco minutos tardó en llegar el primer gol del partido, a cargo del conjunto valencianista. La confusión reinó en el área atlética durante unos segundos y Miranda remató en su propia portería un centro de Mustafi que parecía intrascendente. El arquero Moyá y Miranda intercambiaron una mirada cuando el balón ya estaba en la red, tras la clara descordinación existente entre ellos que había dado paso al primer gol. Mustafi no encontró a Paco Alcácer, al que buscaba, pero encontró a un inesperado Miranda que puso el 1-0 en el marcador.
El público enloqueció. El partido empezó tal y como lo habían soñado, lo que no se esperaban es que dos minutos después pudiera mejorar. El Valencia se mantuvo insistente en el área rival hasta que el joven André Gomes encontró un hueco. Se escapó de tres defensores del Atlético, que no parecían saber dónde estaban, y tras una magnífica definición en un ángulo cerradísimo convirtió la jugada en gol. Minuto siete de partido, 2-0, Mestalla era una fiesta.
Aún había más. El Valencia buscaba el tercero, como en los tres últimos partidos como local en los que consiguió colocar este número, tres, en el marcador. En frente, un Atlético aturdido que aún parecía seguir en los vestuarios. En las gradas, aplausos en el minuto diez para Kempes, porque el fútbol tiene memoria para los grandes.
Minuto doce, casi trece, de partido. Saque de esquina a favor del Valencia y el Atlético sufre. Los problemas se triplican cuando Otamendi, sorprendiendo a todos con un movimiento rapidísimo, se cuela entre la defensa atlética para rematar de cabeza el córner. 3-0 y aún no se había cumplido el primer cuarto de hora de partido.
La felicidad del fútbol: al Valencia le salía todo. El drama del fútbol: al Atlético no le salía nada.
El conjunto madrileño intentaba reaccionar con más pena que gloria, carente de ideas y falta de una intensidad de la que presumía, y con razón, en otros partidos. El Valencia se relajó y durante los siguientes quince minutos controló el partido sin esforzarse demasiado, entre los “olés” del público, consciente de que su rival seguía descentrado.
En el minuto veintiocho, el Atlético se centró. Un potente disparo de Tiago hizo que Diego Alves tuviera que dar lo mejor de sí para detenerlo, pero no fue suficiente. Mario Mandzukic, siempre atento, cabeceó el rechace y acortó distancias. 3-1.
Con la primera media hora de juego, era probable que el Valencia hubiese perdido la gran intensidad con la que había jugado los primeros minutos, pero no dejó de mostrarse seguro y dominante. Prueba de ello, el recorte que Diego Alves se animó a hacer delante de Griezmann en el minuto treinta y cuatro, que arrancó nuevos aplausos del público.
El Atlético comenzó a tocarla más, pero no daba la sensación de peligro que estamos acostumbrados a ver cuando sus jugadores tienen la pelota. Aun así, la mejoría era evidente: el aturdimiento ya no existía y llegaban a portería.
En una de esas llegadas, al filo del descanso, Gaya no pudo evitar cometer mano en su propia área tras un forcejeo con Arda. Penalti. Mestalla deja de respirar durante unos segundos, pero recobra pronto el aliento. Siqueira, el lanzador, falló. Diego Alves paró un lanzamiento sin potencia y sin buena colocación. Mestalla termina de enloquecer consciente de que esa acción podía haber cambiado totalmente el partido.
Se mantiene el 3-1 y de esa forma se llega al descanso, con un Valencia con la moral alta. Daba la sensación, sin embargo, de que si el Atlético mantenía el ritmo impuesto en el final de la primera parte, el partido podía no estar muerto.
Pero lo estaba.
Con la segunda parte, y sin cambios, el Atlético confirmó que había despertado. Tocó el balón con más criterio, aguantó la presión del Valencia y llegó a su área, pero no tuvo efectividad. Tampoco demasiado peligro. Estaba lejos de lo necesario para remontar un marcador que se le había puesto tan en contra desde tan temprano.
El Valencia, por su parte, se esforzaba por amarrar unos tres puntos tan deseados y tan vitales.
Alrededor del minuto sesenta, comenzó el baile de cambios. El Atlético buscaba lo ofensivo, el Valencia buscaba aguantar. Dieron paso a unos minutos confusos y tensos, con un tuya-mía continua sin un dominador claro y con el público presionando, volcado con su equipo.
Las grandes ocasiones no existían y abundaba el trabajo en el medio del campo, con pérdidas y robos de balones. El acierto que el Valencia tuvo en la primera parte parecía haber desaparecido y Atlético seguía sin encontrar el suyo.
Cuando el reloj marcó el minuto ochenta, parecía estar claro que el Valencia había conseguido hacerse con el partido a base de concentración y una gran actitud, impidiendo que el Atlético se creciera y diera la vuelta al resultado.
El fútbol está lleno de sorpresas y nadie se esperaba lo que iba a suceder en el minuto noventa, con la grada ya cantando la victoria y pidiendo que el estadio votase al ritmo de los cánticos. Entonces, pasó lo inesperado: cuatro minutos de añadido y gol de Cerci para el Atlético. Mestalla contiene el aliento hasta que el árbitro confirma que el gol está anulado. Cerci se ayuda de las manos para controlar el esférico y así lo entiende el colegiado. Expulsión por segunda amarilla y el Atlético con diez.
El partido finalizó con una última ocasión para el Atlético que de poco valía. Un partido extraño al final, que con cierta perspectiva puede decirse que estuvo sentenciado en esos primeros quince minutos de juego.
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que la grada de Mestalla estuvo tan esperanzada. Con este partido, el Valencia ha demostrado que los resultados de los anteriores encuentros no son casualidad. Su proyecto se consolida y su afición puede seguir ilusionada. Termina el encuentro con diecisiete puntos y líder provisional, a la espera de más partidos.
Un Comentario
Javier
Menuda cronica torticera y parcial. El partido lo pierde el Atleti en unos nefastos 15 minutos con tres goles de risa. A partir de ese minuto el numero de corner y lanzamientos a porteria demuestra el gran potencial del Valencia ante el peor Atleti de lo que va de liga. Si ese equipo le despierta ilusion …. dentro de tres meses me cuenta donde esta el Valencia.