Después de lo visto en los entrenamientos, con tantos pilotos capaces de rodar en el mismo ritmo y emparejados en menos de un segundo en la lucha por la pole, parecía claro que la de Brno iba a ser una carrera en grupo. La buena salida de Danny Kent se vio empañada por la llegada a la primera curva en la que, al ir por fuera, fue perdiendo posiciones paulatinamente. Y, cuando la cabeza de carrera trataba de abrir hueco y estirar el grupo, se paró la carrera -bandera roja- tras una colisión entre Suzuki, Ajo, Oetti y Danilo. Sin consecuencias graves, por suerte. Y no fue la única caída del primer giro. Porta, Locatelli, Ono y Rodrigo se fueron al suelo en la curva tres, teniendo que salir el coche médico para atender a Gabriel Rodrigo, quien salió de la pista en ambulancia.
Entonces, la organización decidió relanzar la carrera en un sprint a doce vueltas. Es decir, se habrían recortado seis vueltas de lo que restaba. Todo sea por cumplir los horarios, especialmente de MotoGP. En la nueva salida en el mismo orden que la anterior -por no haberse cumplido la primera vuelta-.
Tomaron la delantera entonces los dos pilotos punteros del Team Leopard con la misma idea que pusieron en juego en Sachsenring. Danny Kent comenzó a tirar con Efrén a su rueda. Pero esta vez fue infructuosa y las doce vueltas se convirtieron en un toma y daca constante, un espectáculo en honor a la categoría pequeña. Oliveira, Binder, Fenati, Navarro, Vázquez, Kent, Antonelli…. Todos ellos lideraron la carrera en alguna ocasión, sin guardarse nada, acelerando a fondo, apurando cada frenada.
Y la última fuelta no podía ser menos. El grupo, por entonces de ocho, llegó totalmente unido a la primera curva. Antonelli cogió unos metros de ventaja mientras Fenati y Oliveira, segundo y tercero a principios de vuelta, se vieron quinto y séptimo mediado el giro. Una locura. Y sí, al final, con 19 añitos, Antonelli estrenaba su casillero de victorias en Brno igual que lo hiciera Rossi allá por 1996. Bastianini quedó segundo y Binder completó el podio.