Adrián Anet
Victoria del Atlético de Madrid por 1-0 en el Vicente Calderón ante el Sporting en el que probablemente haya sido uno de los peores partidos de la era Simeone. Si bien dijo esta semana el técnico argentino que el estilo del Atlético era el contragolpe y no otro, hoy no ha jugado a nada ante un Sporting que supo desconectar a sus principales bazas y solo Oblak evitó que dieran la sorpresa.
Primer tiempo difícil de ver, poco juego, mucha intensidad y golpes entre uno y otro. Desafortunados minutos para el Sporting; primeramente, Sergio Álvarez sufrió una luxación de hombro y tuvo que ser sustituido por Nacho Cases, y más tarde en el minuto 25, Guerrero se lesionó en el tobillo y Abelardo dio paso a Carlos Castro en su lugar. La posesión perteneció al Atlético.
Juanfran y Carrasco eran los jugadores más participativos, los que más lo intentaron, pero con escaso éxito ante un Sporting muy bien ordenado, que se supo defender frente a un Atlético que, sin tener las ideas claras, parecía atacar más por acumulación. La ocasión más clara, sino la única, perteneció a Halilovic; llegada desde segunda línea y su disparo, solo, fue detenido de forma espectacular por Oblak que evitó el primer gol del partido
La segunda mitad siguió en la misma tónica que la primera; el balón era del Atlético y el Sporting, simplemente bien posicionado y presionando, le imposibilitó al Atlético la creación de ocasiones, perdiendo por lesión además a Juanfran, al que sustituyó Jesús Gámez tras la reanudación. Con un 73% de posesión de balón, no podía utilizarlo el Atlético de forma más estéril, el peligro era muy escaso, Bernardo estaba eclipsando a Jackson de forma sensacional y había cierto murmullo en la grada por el juego del equipo, en el que predominaban las imprecisiones.
Simeone, que no retiró a ninguno de los mediocentros, sino a Koke y Carrasco para dar paso a Correa y Oliver, no ayudó a silenciar los murmullos. Menos aún Carlos Castro, que primero con sus regates dentro del área, entre tres defensores rojiblancos, y más tarde con un disparo a la escuadra que tuvo que salvar de nuevo Oblak, estaba rememorando oscuros tiempos pasados. Este Atlético no es el mismo de tiempo atrás aunque en el día de hoy sólo lo haya demostrado en el último minuto. Centro al área que peina Godín (de palomero hoy en los últimos compases) y Griezmann, el más listo de la clase, de cabecea enloquecía a afición, compañeros y entrenador dando una victoria que se veía imposible.
Tres puntos de oro para el Atlético tras cómo se desarrolló el encuentro, probablemente inmerecidos. Un empate hubiese premiado el trabajo sportinguista, pero es lo que tienen los grandes. El Atlético, de esta forma, se sitúa tercero de nuevo, superando al Celta y a cuatro puntos de Barcelona y a uno del Real Madrid que perdió en Nervión. El Sporting por otro lado, es decimocuarto con tres puntos más que la zona de descenso marcada por Las Palmas