Con Froome (Sky) sin dar muestra de alguna de flaqueza y con Quintana (Movistar) cómodamente asentado en la segunda plaza, los focos se centran hoy en el último peldaño del podio del Tour de Francia. La etapa del día -la primera de las 4 alpinas- comenzó con Tejay Van Garderen (BMC) situado en esa posición de privilegio, pero una inoportuna enfermedad lo bajó de la bici mediada la jornada. Nunca sabremos (aunque sí que lo intuíamos) si habría sido capaz de mantener la tercera posición hasta el domingo. El abandono del americano aupó directamente a Valverde (Movistar) a la posición que tanto ansiaba, y enseguida actuó en consecuencia, si es que no llevaba ya días haciéndolo. Mientras Van Garderen sufría su particular calvario, Alberto Contador (Tinkoff) confirmaba los prónosticos y se lanzaba al ataque a 70 kilómetros de meta. Fue el primer momento de la etapa en el que los intereses de Movistar se alinearon con los de Sky, no dando margen para la gesta del pinteño. El segundo momento se produjo en la subida final a Pra-Loup, donde Movistar se dedicó a marcar ritmo al líder de la carrera hasta cerca de 2 kilómetros de meta, con el pretexto nuevamente de distanciar a Contador que fue víctima de una caída en el sinuoso descenso del Col de Allos. Con dos hombres situados en la segunda y la tercera plaza, es cuando menos para reflexionar que en los instantes clave de la carrera la estrategia de Movistar le vaya como anillo al dedo a Chris Froome. Volviendo a Contador, la caída se saldó finalmente con una pérdida de tiempo en meta de 2 minutos y 17 segundos sobre Froome y Quintana. Este nuevo retraso y el empeño de Movistar por convertirlo en rival de Valverde, seguramente hagan que a partir de ahora el principal objetivo de Contador sea también la tercera plaza, como lo es igualmente para Nibali (Astana), y como parece buscar también el Sky para Geraint Thomas (malos compañeros de viaje con las etapas que quedan). Por cierto, que también merece un capítulo aparte la gestión de Tinkoff tras el percance de Contador, sacrificando a Sagan en el descenso y no parando a Majka en el ascenso. Siempre nos quedará la duda de como habría sido la historia de Contador si alguna vez hubiese corrido en una estructura como Sky o Movistar. Por cierto, la etapa la ganó Simon Geschke (Giant), el hipster del pelotón, que después de los ataques lejanos de Contador, se aprovechó de la pausa del paquete principal. Tampoco le vino mal el susto de Tibau Pinot (FDJ), su más inmediato perseguidor, en el descenso de Allos.
Mañana, segunda jornada alpina con el Glandon como plato fuerte. Aunque la etapa no acaba en alto, las siete dificultades montañosas que atravesará el pelotón harán muy complicado el control de la carrera. Los movimientos de Contador y Nibali se dan por seguros. Queda por ver si Quintana y con él el Movistar se muestran por la labor de asaltar el primer puesto más que por defender el tercero. Es entendible que Valverde, en la parte final de su carrera busque aprovechar una ocasión que no volverá a tener, pero Nairo no debería desaprovechar tampoco una oportunidad que tal vez tarde en repetirse. Será complicado ver otro Tour de Francia con sólo 14 kilómetros contrarreloj, con tantos rivales fuera de combate y con un equipo con la fortaleza de Movistar y el abanico de variantes tácticas que podrían poner en marcha con dos hombres situados segundo y tercero a 4 días de llegar a París.