Getafe y Sevilla empataron a uno en un partido dormido hasta el minuto 80 y que deja a los hispalenses muy tocados tras no ganar a un rival en caída libre
Roza lo paranormal tratar de explicar a este Sevilla lejos de su Estadio. Cada jornada que pasa es un imposible para entrenador, jugadores y aficionado intentar buscar un sentido a que el quinto de la liga y finalista de Copa, sea totalmente incapaz de ganar un partido fuera de casa. Que el Sevilla juega muy mal es evidente y tiene culpables, pero por pura estadística, todos los equipos acaban ganando alguna vez aunque sea de casualidad, en el último minuto o con un penalti que no es. Ya no hay rivales propicios que valgan, porque el de hoy, llevaba siete partidos sin meter un gol, y los mismos perdiéndolo absolutamente todo. Pues hoy, han marcado y sacado un punto. Cualquiera que conozca un poco a este equipo se podría esperar lo que ha pasado a pesar del gol de Banega a falta de diez minutos, porque el Sevilla lleva siete años sin ganar en su campo maldito, donde solo ha sacado un empate, con el de hoy dos, y seis derrotas. Se juntaban hoy una plaza nada propicia, una racha de auténtico cadáver como la del Getafe, y un equipo que si sale del Ramón Sánchez-Pizjuán se convierte en una mediocridad absoluta. Y claro, el partido fue un auténtico esperpento de principio a casi el fin.
Unai volvió a hacer de las suyas. Sacó un equipo extrañísimo y lo dejó todo para Basilea el jueves. Diogo como extremo, un hombre como Carriço en el medio campo, lugar donde nunca ha rendido y donde se pierde un magnífico central para tener a un paupérrimo medio centro. Al verde salió el Sevilla con la misma actitud de casi siempre. En el Etihad, en el Juventus Stadium, en el Calderón y el Camp Nou, el Sevilla fue el Sevilla. ¿Casualidad? El caso es que en los ambientes donde el equipo se presume superior, acaba diluyéndose como un azucarillo. Hoy se presentaba en Getafe habiendo perdido el Villarreal, con la posibilidad de ponerse a seis puntos teniendo que jugar el próximo domingo frente a los amarillos en el Sánchez-Pizjuán. Aún así, ni Emery ha sabido capaz de mostrar ambición con el once titular, ni el equipo parecía estar jugándose una posible plaza de Liga de Campeones. El partido hoy es lo de menos, quizás para el Getafe no. Los azulones con su nefasto devenir, han conseguido cortar una sangría que si bien no ha sido con una victoria, seguro les dará moral para las futuras citas.
El encuentro comenzó con demasiado respeto entre ambos. En el Getafe puede ser normal debido a su mala racha y al rival que tenía en frente, y se sucedió el dominio alterno de uno y otro equipo sin demasiado control del centro del campo y demasiadas idas y vueltas desde el inicio. Ambos conjuntos llegaban, pero los porteros apenas debían emplearse. Tuvo una muy clara Vitolo a pase de Banega, pero completamente solo ante Guaita pensó diez cosas distintas que hacer y acabó haciendo ninguna. Así transcurrió un muy mal partido, que durante los ochenta primeros minutos parecía que aunque se llevasen jugando hasta verano, iba a acabar con empate a cero en el marcador. La entrada de Konoplyanka dio otro aire al equipo y gracias a su labor, el Sevilla se encontró una jugada en el minuto 80 de partido en la frontal donde Cala hizo falta a Vitolo. Si, estamos en el 80, porque antes no hubo partido, y después todo el del mundo.
La enchufó Banega. Se ponía 0-1 a falta de diez minutos, pero tras el gol, el Sevilla se metió atrás y se fue Banega para dejar su sitio a Iborra. El mismo cambio que casi cuesta que el Eibar sacase un punto hace tres días de Nervión, hoy ha ayudado a perder dos. Gol y atrás, y claro, te acaban encerrando y empatando el partido, hasta un equipo que no hacía gol desde hacía siete jornadas. Y no solo eso, sino que el Sevilla en los últimos siete minutos mereció perderlo. El Getafe sacó innumerables saques de esquina en ese tramo y las tuvo de todos los colores, pero el marcador no se movió.
Otro ridículo de este Sevilla fuera de casa, del que ya poco o nada se espera. Debe olvidarse de una vez de luchar con el Villarreal. Sus rivales son el Celta y el Athletic Club por las plazas de Europa League, y el jueves a Basilea. Solo Emery y los jugadores saben que versión de ellos nos espera.