Jimena Bañuelos (14ximenabs)
No podía fallar y no falló. El Bayern de Múnich ha vuelto a casa con una victoria ante el Bayern Leverkusen y manteniendo la diferencia de veinte puntos con el segundo en la tabla, el Borussia Dortmund.
El partido se presentaba complicado pero intenso y así fue. Ya en el minuto veinte Schweinsteiger tuvo la primera ocasión y en el veintidós Mario Gomez la segunda. El equipo visitante saltó al terreno de juego con mucha energía. No querían otra derrota en la misma semana, porque con la del Arsenal ya era suficiente.
Tras varios ataques del equipo local, estaba claro que el gol no iba a tardar en llegar. Lo que faltaba por confirmar era en qué lado del marcador sería. Pues bien, las dudas se resolvieron en el treinta y seis. Tras una jugada personal, Mario Gómez con el pie derecho hizo el primero. Fue un golpe para los locales, de hecho, se quedaron tan blancos como las camisetas que lucían los muniqueses el sábado. Los hombres de Lewandowski tenían que mejorar en la segunda mitad. Se fueron al vestuario con el resultado en contra, y ante el Bayern hay que estar al cien por cien. Si perdían sumarían su segunda derrota en casa.
Tras la reanudación las cosas cambiaron, menos mal, se quería ver espectáculo y así fue. El primer objetivo del Leverkusen era empatar el encuentro. Tras varios acercamientos a la portería de Neuer sin éxito, la desesperación no apareció. Es más, el que la sigue la consigue, y en el setenta y cinco el capitán de los anfitriones, Rofes, subía el primer gol a su marcador. Gracias a una jugada colectiva de su equipo y al pase de Boenish, con su zurda superó al portero visitante.
Las cosas habían cambiado. El Bayern tuvo que hacer una gran remontada en la jornada anterior y venía de perder ¿les estaría pasando factura tanto esfuerzo? No tenía pinta de eso pero conseguir una victoria ante este rival era vital para la autoestima de los jugadores y los aficionados. Pues si de eso se trataba, la diosa de la fortuna estaba con los de Heynckes. A falta de tres minutos para que se cumplieran los noventa reglamentarios un gol en propia puerta de Wollscheid por intentar desviar una falta botada de Schweinsteiger daba la victoria a los bávaros. Quien sabe si esta es la manera en la que ha premiado Fortuna a los de Múnich después de haberlos emparejado con la Juventus en los cuartos de la Champions. Pero este es otro tema…
Con Ribèry y Kroos lesionados. Lahm, Müller y Mandzukic descansando en Múnich, el Bayern ha alcanzado los sesenta y nueve puntos. Sólo necesita sumar cinco más en las próximas ocho jornadas para proclamarse campeón de la Bundesliga. Lleva nueve victorias ligueras en lo que llevamos de año y sus ansias de más son insaciables. Que tiemble su próximo rival: el Hamburgo