El vasco del Movistar logró en Morzine la primera victoria española en este Tour, imponiéndose al colombiano Pantano y al italiano Nibali. Froome, ganador virtual, se coronará este domingo en París.
«Al final éste la ha liado hoy». Nadie mejor que su propio padre para definir la que lio Ion Izagirre este sábado en el Tour de Francia. Después de 20 etapas y tres semanas de pedaleo incansable, la ansiada primera victoria española en este Tour llegó en la penúltima etapa, cuando ya todos nadaban y guardaban la ropa antes del fin de fiesta en París. Pero ninguno nadó más y mejor que el corredor vasco del Movistar, que ha salvado el honor del ciclismo español a un día del final.
Tuvo que ser uno de Ormaiztegi (Guipúzcoa) el que la liara parda en este Tour sin falta de mezclar ácido clorhídrico ni sustancias chungas. Simplemente se limitó a pedalear de una forma incansable, se enganchó a la escapada buena y llegó a la meta con dos pesos pesados de las escapadas como son Jarlinson Pantano y Vincenzo Nibali, quien precisamente se quería sacar la espina de la caída que había sufrido el jueves pasado junto a Chris Froome. Pintaban bastos para Ion Izagirre, no nos engañemos. Pero ni la incesante lluvia que marcó la etapa frenó al vasco, que no se pasó de vueltas ni de frenada como le ocurrió a Pantano en una de las últimas curvas. De eso y del conformismo de Nibali, que no quiso correr riesgos para no complicarse su participación en los Juegos, se aprovechó Izagirre en el descenso del Joux Plane y se lanzó en tromba a por la victoria. Y la consiguió. A un vasco no le van a hablar de imposibles.
Nos tenemos que remontar más de un año, al 20 de julio de 2015, para encontrarnos con el último triunfo español en el Tour de Francia, que consiguió un alicantino, Rubén Plaza. Más atrás nos tenemos que ir para hallar la última victoria de un corredor vasco, exactamente al año 2009, cuando ganó Juanma Gárate en el Mont Ventoux. Un 23 de julio de 2016 ganó Izagirre y esa ha sido la gran noticia que ha deparado este Tour para nuestro ciclismo.
No abrirá telediarios, tampoco aparecerá en las portadas de los periódicos, pero vaya desde aquí nuestro más sincero reconocimiento hacia el de Ormaiztegi, que también ha salvado el honor del equipo Movistar, aunque en ello ya lleve unos días Alejandro Valverde, condenado a prestar labores de apoyo a Nairo Quintana. Gracias a eso, el colombiano ha llegado al podio, un logro para el Movistar comparable a cuando el hombre pisó la Luna después de todo lo que les ha pasado en esta edición de la Grand Bouclé. El segundo cajón del podio será para el francés Bardet, muy cauto durante la etapa del sábado, limitándose a ir a rueda del líder. Y como era previsible, el primer puesto será para el británico Chris Froome, recompensando así su excelso trabajo en las últimas tres semanas. De ello ya habrá tiempo y espacio para hablar en la última crónica del Tour 2016, que este domingo volverá a desembocar en los Campos Elíseos. Un día por y para Froome. Bien lo merece un maillot amarillo.