La Liga se vuelve a parar por los compromisos de las selecciones y no vendrá nada mal este parón para que se calmen un poco las aguas en un campeonato que se está embraveciendo con el paso de las jornadas. El que vive más relajado es el Real Madrid, asentado a base de goles en el liderato, que mantiene con dos puntos de ventaja sobre un Barcelona que venció en Almería pero sigue dejando muchas dudas e inquietudes. Le vendrá bien a Luis Enrique este descanso para examinar la realidad de su equipo, que aún así asciende al segundo puesto gracias al empate del Valencia, la derrota del Atlético en Anoeta y la igualada del Sevilla. Los que no quieren que esto se detenga son Javi Gracia y sus hombres, porque el Málaga es sexto tras su victoria contra el Éibar y se afianza en la zona de Europa League. Por abajo, mucho ojo al quíntuple empate a 9 puntos entre Real Sociedad, Almería, Deportivo, Elche y Levante, estos últimos todavía castigados al descenso que sigue culminando el Córdoba, colista con 6 puntos tras su inútil empate a cero del viernes. Con este panorama, es normal que algunos estuvieran deseando que llegara la pausa.
El motor del líder
42 goles en 11 jornadas con la firma de 12 jugadores distintos (contra el Rayo, de cinco: Bale, Ramos -su gol número 50 como madridista-, Kroos -un golazo-, Benzema -ese 10 que juega de 9- y Cristiano -ya lleva 18 tantos en la presente liga, más que 16 equipos de Primera. Pero una máquina tan perfecta como el actual Real Madrid, como toda máquina que se precie de serlo, cuenta con un motor de precisión encargado de que el engranaje funcione a la perfección, Tony Kroos. Este ingeniero alemán se ha adueñado del centro del campo blanco para formar junto a Modric una pareja de mediocentros única en Europa. Incluso la sombra de Xabi Alonso es menos alargada. Al final va a resultar una buena operación la marcha de Alonso a Múnich y la llegada de Kroos a Madrid. Porque Tony promedia un imponente porcentaje de acierto en el pase (un 86 por ciento, con 51 pases buenos y solo 6 malos), recorre más kilómetros que nadie (unos 11 por partido) y cuando se asoma por la frontal del área rival es capaz de soltar misiles inteligentes como el del tercer gol del Madrid contra el Rayo, confirmando de esta portentosa forma la buena marcha del líder.
La maldición de Zarra
Pues nada, que Messi no es capaz de igualar los 251 goles de Telmo Zarra para convertirse en el máximo goleador histórico de nuestra liga. Ha alcanzado a Raúl en la Champions y el récord doméstico se le resiste a pesar de que lo tiene a tiro de dos goles. El argentino lo persigue con ahínco, pero la madera se ha interpuesto en su camino hasta en 4 ocasiones. Es la maldición de Zarra, que evoca a la que el entrenador Bela Guttmann dirigió al Benfica después de que le echaran por pedir un aumento de sueldo habiendo ganado dos Copas de Europa. El inefable técnico lanzó una imprecación a los directivos que le despidieron advirtiéndoles de que, sin él, el equipo no ganaría un título europeo en 100 años. El conjuro no era ninguna chufla porque desde entonces el Benfica ha disputado 8 finales europeas y las ha palmado todas. Con este panorama histórico, no descartemos que una expedición del Barcelona acabe visitando la sepultura de Zarra, como hizo una delegación del conjunto de Eusebio en 1990 para homenajear a Guttmann esperando poner fin a la maldición antes de la final de la Copa de Europa de 1990. Fue un intento baldío porque el Benfica perdió contra el Milan y con este precedente más le vale a los barcelonistas no profanar ritos y mausoleos varios. Que don Telmo siga descansando en paz y que la pelota se encargue al final de poner los récords en su sitio.
Un estadio de chiste
A este paso se terminará escribiendo un libro de chistes sobre la bajísima afluencia de público al Coliseum Alfonso Pérez. Chistes del tipo: «¿Sabéis cuál es el estadio más grande del mundo? El Coliseum de Getafe. Porque pase lo que pase, nunca se llena». Disculpen la concesión cachonda los seguidores más susceptibles del equipo azulón, que haberlos haylos, aunque no lo parezca, pero es que vale más tomarse a risa ciertos asuntos como la pésima entrada que registra el coliseo getafense. Y el chistoso ejemplo que hemos puesto nosotros casi es pusilánime en relación a los que se han hecho en las redes sociales: que hay más gente en la sede de Vox, que los ultras llegarían más tarde porque han pillado atasco, que hay más gente en ciertos chiringuitos televisivos, que el sida no es tan malo si se compara con un Getafe-Eche… Ante este panorama, lo más serio que se dijo es que es una pena que estén en categorías inferiores aficiones tan fieles y tan grandes como las del Cádiz y el Sporting de Gijón, y en Primera la del Getafe. Al menos, los azulones se podrán consolar sabiendo que Antonio y Ricardo son fieles e incondicionales detrás de los banquillos del chistoso Coliseum.
Del día de furia de Beto…
Sin ser Michael Douglas en la película de Joel Schumacher, Beto vivió un día de furia este domingo en el Sánchez Pizjuán. En una batalla tan intensa como la disputada en Nervión entre el Sevilla y el Levante, el portero sevillista se llevó la peor parte porque se convirtió en el saco de todos los golpes. En la primera parte sufrió un encontronazo con su compañero Krychowiak que le dejó conmocionado con un fuerte dolor en la barbilla a consecuencia de un tremendo impacto que obligó al colegiado a parar el partido durante varios minutos. Recibió las pertinentes asistencias y tuvo que disputar el resto del encuentro con un aparatoso vendaje en la zona inferior de su rostro. Y como la tostada suele caer del lado de la mermelada, en la segunda parte, sufrió otro golpe en esa misma zona propinado esta vez por su colega Carriço, que se cayó delante de él con tan mala suerte que su bota derecha pegó de lleno de nuevo en la barbilla del guardameta, que se quedó de nuevo dolorido y circunspecto sobre el terreno de juego, ya no solo por los golpes en sí si no por tener tan mala suerte. Que al final fallase en el gol del Levante y dejara en bandeja el tanto a Casadesús, resulta hasta comprensible porque su día de furia deja en pañales al vivido por William Foster, el protagonista de la citada película.
… a la escalofriante caída de Asenjo
Ya sabemos que el fútbol no es ajedrez y es normal que haya caídas, golpes e incluso entradones varios. No por ello podemos dejar de sorprendernos y horrorizarnos con caídas tan escalofriantes como la de ayer de Sergio Asenjo. Centró Fuentes desde la izquierda del ataque del Espanyol, el portero del Villarreal saltó a por el balón, lo blocó con sus manos, fue desequilibrado por Dorado y, tras dar una voltereta, cayó de cabeza torciéndose el cuello de una forma espeluznante. A pesar de la gravedad de la caída, Asenjo pudo continuar hasta el final del partido exhibiendo notables gestos de dolor y visiblemente conmocionado. Requirió la asistencia inmediata en el estadio y su traslado posterior a un hospital para que le practicaran diversas pruebas . El guardameta palentino tiene un traumatismo cervical por semejante golpazo y la buena noticia es que podría abandonar el hospital hoy mismo (lunes). El partido acabó con empate a uno en el marcador después de un derroche de coraje por parte de ambos conjuntos, aunque eso es lo menos importante. Lo principal es la salud de un profesional que se jugó su integridad por servir a su equipo. Es fútbol, pero ante todo está la salud, por encima de la profesionalidad de Beto y Asenjo.
EL SACAPUNTAS
Guardiola: «Luis Enrique triunfará, hace falta tiempo»
Si usted lo dice, amén. Pero cuidado, porque Lucho no mea colonia.