Pasó el miércoles de ceniza y renació de sus cenizas el Madrid, que superó el bache y las dudas provocadas por la goleada encajada en el derbi. Venció el líder en Elche 0-2 y aumentó a 4 puntos su distancia sobre el Barcelona, aprovechando el tropiezo blaugrana del sábado contra el Málaga en el Camp Nou.
Los otros grandes beneficiados por la derrota del Barça fueron el Atlético y el Valencia. Los de Simeone ya están a tres puntos del segundo clasificado tras su cómoda victoria sobre el Almería. Los de Nuno, por su parte, se afianzan en la zona Champions después de vencer en El Arcángel y pueden soñar con una segunda plaza que tienen a seis puntos dejando al Sevilla cinco puntos por detrás.
A pesar de su derrota en ese loco partidazo contra la Real de la matinal del domingo, el Sevilla mantiene la quinta plaza, aunque ya tiene pisándole los talones al Villarreal, que no falló ante el Eibar y se coloca a un solo punto, e incluso al sorprendente Málaga, que se pone a seis puntos del acceso directo a Europa, tras su machada en la Ciudad Condal.
Siguen cerca del infierno los mismos que la semana pasada, pero desprenden sensaciones muy diferentes entre ellos. El Levante continúa en descenso, aunque su agónico triunfo ante un rival directo como el Granada, segundo por la cola, ha llevado la euforia hasta el valenciano barrio de Orriols porque los granotas ya tienen la salvación a un punto y se distancian tres por delante de los nazaríes, que siguen penúltimos después de su dolorosa derrota en el Ciutat. El colista sigue siendo el Córdoba tras su derrota contra el Valencia y ya observa la permanencia a la preocupante distancia de cinco puntos.
Un Málaga de Óscar
Lo resumió perfectamente Antonio Banderas en su tuit posterior al partido. And the Óscar goes to… Málaga. El Óscar de la jornada 24 se va para la Costa del Sol porque el Málaga completó un papel estelar el sábado en el Camp Nou, demostrando que no hay que ser un actor de Hollywood para ganar una estatuilla y los más variados elogios.
Dirigidos por la mano maestra de Javi Gracia, los blanquiazules realizaron una actuación magistral en el coliseo barcelonista, tardando apenas siete minutos en adelantarse en el marcador. Juanmi le robó la cartera, la dignidad y todo lo que se le puso por delante a Alves y, ya plantado delante de un Claudio Bravo completamente vendido, no perdonó. Quedaba por delante una tarea titánica para conservar la ventaja y el Málaga supo hacerlo a base de una disposición táctica casi perfecta y un sacrificio colectivo superlativo.
Supieron tapar todas las escapatorias por las que les podía sorprender el Barça y esa armoniosa labor de contención motivó que los habituales héroes azulgrana no tiraran a puerta en la segunda parte, algo similar a lo que ocurrió en el partido de la primera vuelta. En La Rosaleda les robaron dos puntos y en el Camp Nou los tres, manteniendo la portería a cero en ambos partidos, culminando una interpretación sencillamente impecable.
No disparen al pianista
Bien es cierto que pitó fueras de juego que no eran y no pitó faltas que sí eran, pero mal haría el barcelonismo si se escudara en el arbitraje de Munuera Montero para justificar su derrota del sábado. Bronca al colegiado, sí… pero también al equipo. No disparen solo al pianista.
La autocrítica es obligatoria porque todo el Barça desafinó contra el Málaga. Fueron incapaces de superar el ordenado entramado defensivo dispuesto por Javi Gracia. Empezando por Messi, completamente inerte arrancando desde la derecha y el centro; pasando por Neymar, abusando de posesiones inertes y regates inanes; siguiendo por un Alves que es una parodia del futbolista que fue; sin olvidarse de Jordi Alba y sus idas de olla, hasta llegar a Luis Suárez, un náufrago en el ataque.
El planteamiento de Luis Enrique pecó de previsible y fue demasiado plano para sorprender a los blanquiazules. Decía Lucho que su equipo no había cambiado nada desde la derrota en Anoeta y sus jugadores le dieron la razón, e incluso fueron más allá: este Barcelona fue el mismo que perdió contra el Celta en el Camp Nou.
¿El nuevo Iniesta?
Andrés Iniesta, autor en Johannesburgo del gol más importante en la historia del fútbol español, es uno de los grandes nombres de nuestra Liga. Hoy, lejos de su mejores días, aparece un joven malagueño por detrás decidido a tomar el testigo y superarle. Hablamos de Isco Alarcón (Benalmádena, 1992), la gran sensación de la temporada. No lo descubriremos ahora, ni mucho menos, pero el mediapunta de Arroyo de la Miel se ha puesto por montera de tal forma la camiseta del Real Madrid que no son pocos los que ya le comparan con el mago de Fuentealbilla. Empezando por el propio capitán blanco, Íker Casillas, que ha dicho que Isco puede ser tan determinante como Iniesta. A nivel de impacto mediático, hoy en día ya lo ha superado y en cuanto a calidad técnica y fantasía andan parejos porque el albaceteño sigue siendo un referente del fútbol vistoso. No obstante, como el malagueño, siga derrochando arte como volvió a hacer este domingo en Elche y lleva haciendo durante toda la temporada, terminará siendo una versión mejorada del gran Andrés Iniesta. Y lo más llamativo es que Isco todavía tiene 22 añitos y toda una prometedora vida futbolística por delante.
Dásela a Barral… que salva al Levante
No podía ser otro. Ese al que en Gijón le cantaban aquello de «dásela a Barral, que mete gol», se convirtió este lunes en el nuevo héroe del levantinismo. Cuando el partido agonizaba y las opciones de sumar tres puntos mortales de necesidad para los granotas se iban por el despeñadero, apareció él para llevar la euforia al Ciutat de Valencia. Un jugador diferente aporta cosas diferentes y David Barral es uno de esos. Querido y amado a partes iguales, no es de los que generan indiferencia y su gol decisivo al Granada demuestra que tiene un don para aparecer en los momentos decisivos. Fue determinante en el Sporting del añorado Preciado para ascender a Primera División y para mantener la categoría, y ahora se ha empeñado en ser fundamental para que se salve el Levante. Que se la den a él, que los puede salvar.
EL SACAPUNTAS
Luis Enrique Martínez: «Nos llevamos esta derrota que hasta considero que puede ser merecida”
El que decían que no hacía autocrítica