Solo quedan 6 jornadas y la Liga sigue igual, al menos por arriba. El Barcelona aprobó la reválida contra el Valencia (2-0) y se sobrepone así al empate del pasado sábado en Sevilla. Se mantiene a la misma distancia de 2 puntos, el Real Madrid después de su sufrido triunfo (3-1) contra el Málaga.
El Atlético de Madrid tampoco falló, ganó (1-2) en Riazor y se afianza en la tercera posición, distanciándose ya cuatro puntos por encima de un Valencia que pinchó en el Camp Nou el sábado, pero respiró un día después por los dos puntos que se dejó el Sevilla en Granada y que les mantienen por delante en la lucha por la Champions.
En efecto, el Sevilla no pasó del empate (1-1) en Los Cármenes y sigue anclado en los puestos de Europa League, en esa quinta plaza que conserva con 11 puntos de ventaja sobre un Villarreal anclado a empates como el que cedió ante el Córdoba (0-0).
Saltan chispas en la cola de la clasificación. El gol de Casadesús del pasado viernes permitió al Levante sumar un punto (2-2) que le saca del descenso, a costa de bajar a las catacumbas al Deportivo por su comprometedor tropiezo del sábado contra el Atlético. El Granada sumó un punto ante el Sevilla que no le saca de pobre, pero al menos le deja a 3 de la salvación, mientras que el Córdoba sigue condenado al farolillo rojo sin que ese punto sumado en El Madrigal le permita acercarse a una utópica salvación que tiene a 8 puntos.
Piernas de oro
Pasamos a reclamar desde ya la constitución de una plataforma (ahora que están tan de moda las plataformas) para la creación de los premios Piernas de Oro. No es por hacer de menos otras partes de la anatomía humana, pero como aquí hemos venido a hablar de nuestro particular libro, el fútbol, apostamos por un homenaje a la principal herramienta de trabajo de los futbolistas. Explicada la razón de ser de los galardones, pasemos a justificar por qué pensamos que el primer galardonado debe ser Leo Messi, que batió una nueva plusmarca al alcanzar los 400 goles el sábado.
Podríamos optar por tirar de retórica y soltar aquí un rollazo halagando al Pibe de Oro de nuestro fútbol. Seremos más austeros, contexto obliga, y nos centraremos en los números, austeridad manda. Porque los números de Messi hablan por sí solos y nos ahorran el gasto de palabrería e imaginación, que la cosa sigue sin estar para derroches. 400 goles en 471 partidos oficiales como futbolista del Barcelona bien merecen que él sea el primer Piernas de Oro, que no se entrega precisamente a un piernas.
317 goles con la pierna izquierda, 64 con la derecha, 18 de cabeza, 1 con otras partes (sin especificar); 223 goles en el Camp Nou, 168 en otros campos, 9 en campo neutral; 348 goles dentro del área y 52 desde fuera del área. Todo ello engorda un imponente balance goleador resumido en 278 goles en la Liga, 75 en la Liga de Campeones, 32 en la Copa del Rey, 10 en la Supercopa de España, 4 en el Mundial de Clubes y 1 en la Supercopa de Europa. Los números nos dan la razón: Messi es un Piernas de Oro.
Más que una baja, un bajón
Tiene el madridismo razones para preocuparse seriamente por la epidemia de lesiones que afecta al equipo blanco. Están lesionados Modric, Bale y Benzema, de mayor a menor gravedad. El más tocado es el croata, que sufre un esguince de ligamento colateral medial de la rodilla derecha y se estima que estará de baja unas seis semanas. El galés arrastra un pinchazo en un gemelo y guarda reposo, sometido mientras a diversas pruebas médicas. Y el francés anda tocado de la rodilla derecha. Más que una baja, es un bajón para el madridismo porque son tres ausencias notables que rebajan de golpe el optimismo blanco en el tramo decisivo de la temporada, justo cuando se decide todo. Veremos cómo reinventa Ancelotti su sistema tras esta epidemia de lesiones, pero es obvio que la temporada ha salido torcida, al menos en este terreno.
Ocasión perdida
Si el que fue a Sevilla perdió la silla, el que fue a Granada perdió algo más que dos puntos. Pudo perder la gran oportunidad de engancharse al tren de la Champions. Después de la derrota del Valencia en el Camp Nou el sábado, se les presentaba a los de Unai Emery una ocasión pintiparada para volver a meterse en ese cuarto puesto que da pasaporte para la Liga de Campeones.
Enfrente tenían a un rival acechado por el fantasma del descenso y que invitaba a sacar tajada. Pero el Granada hizo virtud de la necesidad, se adelantó con un gol de Mainz al cuarto de hora y mantuvo la ventaja hasta bien avanzado el segundo tiempo sacando tajada del sobreesfuerzo que su rival venía de hacer en el aguerrido choque del jueves en la Europa League, que precisamente reeditarán en unos días.
El propio Mainz pasó de héroe a villano al marcarse un gol en propia puerta a poco más de 20 minutos para el final y ese golpe de suerte no lo supo optimizar el Sevilla, que perdió dos puntos que le habrían dejado empatado con el Valencia aunque con peor goal average. El empate, en resumen, no satisfizo a nadie en Los Cármenes porque el Granada continúa en la zona delicada del descenso, a tres de la salvación y peleando agónicamente por la permanecia. Los de Unai se lamentan de que el torbellino de juego que sucedió a las entradas de Banega y Aleix Vidal en el campo, no se tradujera en goles y en una victoria que habría dejado la pelea por la Liga de Campeones en un pañuelo.
Homenaje incompleto
Llevaba cinco jornadas el Villarreal sin conocer la victoria y pretendían que el partido en casa contra el Córdoba rompiese la mala racha. El objetivo tenía, además, un importante componente emocional porque debía servir de homenaje de postín a Mateo Musacchio después de su traumática lesión del domingo pasado en Getafe y que le mantendrá alejado de los terrenos de juego lo que queda de temporada. El tributo empezó en las gradas con camisetas y pancartas dedicadas al jugador, siguió en el césped con la comparecencia de sus compañeros con camisetas de apoyo al defensa y debía haber terminado con una victoria en su honor. Pero no pudo ser. Después de estrellarse hasta tres veces con los palos, el Villarreal se quedó a cero y no pudo pasar del empate. En cualquier caso, Musacchio (@MateoMusacchio5) nunca olvidará este homenaje de su gente que, aunque fuese incompleto, bien se merece un agradecimiento público en Twitter.
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