Por Mikel Martínez (@mikel_999)
El Real Sociedad- Osasuna tenía en sus manos despertar a una afición que se habían citado a las 16:00 de la tarde para ver este “semiderbi”. Los partidos que abren la jornada del sábado siempre son más difíciles, no llevan un ritmo muy alto, y la entrada no suele ser tan óptima. Quizás, esto se debe a la hora de este partido, ya que muchas la consideran como el tiempo de la siesta. Sin ninguna duda, este apelativo no fue acorde con este partido. Debido a la jornada de entre semana y a la proximidad de los partidos de la Champions, Arrasate realizó varios cambios en la alineación, introduciendo a Ansotegi en el centro de la defensa, al igual que también a Elustondo como único pivote en el equipo. Javi Gracia volvió a alinear su once más frecuente. Otra de las novedades fue el tridente ofensivo que se formó sin la presencia de ningún delantero, el cual estaba formado por Chory Castro, Carlos Vela y Griezman. Esto es algo que pagarán cuando los jugadores empiecen a sentir el cansancio del transcurso de la temporada, pero lo cierto es que tampoco tiene muchas armas en el banquillo, por lo que una plantilla corta y sin gente de confianza en el banquillo es una mala combinación.X
Los partidos contra el Osasuna siempre son muy físicos, es un equipo que te exige mucha lucha, en especial en el centro del campo. Tras la salida de Mendilibar y la llegada del nuevo técnico, los rojillos han mejorado ciertos aspectos en el juego. Son un equipo mucho más organizado, trabajan mucho la defensa, por lo que saben cerrarse bien y replegarse con relativa facilidad buscando a su hombre de referencia: Oriol Riera. El planteamiento de Gracia les estaba surgiendo su efecto en la primera media hora de la primera parte. Sus líneas estaban muy juntas, por lo que las zonas de creación de la Real se dificultaban. Ni Pardo ni Zurutuza conectaban con los hombres de ataque, y dependía mucho de jugar con balones largos aéreos, donde el Osasuna gracias a su poderío físico tenía esa partida ganada. Poco a poco los locales iban teniendo más la posesión, pero crear ocasiones era muy difícil, pese a que los hombres de ataque estaban muy activos, intentando crear la confusión en la zaga con sus constantes movimientos y cambio de posiciones.
Si un hombre estaba luchando por cambiar el orden del partido, ese era Rubén Pardo, el cual destapó con un partidazo frente a su afición. El planteamiento del Osasuna les permitía crear superioridad en el centro del campo, pasando 4-2-1-3 del principio, a jugar más con un 4-1-2-3. Esto hacía que los dos hombres con mejor visión de juego de la Real Sociedad conectaran con más facilidad, por lo que conforme pasaban los minutos el encuentro cada vez estaba más de lado de los locales. El primer gol llegó tras un gran cabezazo de Ansotegi. Tras verse superados no lo quedó otra a Gracia que cambiar la táctica de su equipo, por lo que pasaron a jugar un poco más agresivos, lo que llevaba a que sus líneas no estuviesen tan compenetradas y se hacía más fácil llegar al área rival.
Con un primera parte de mucha lucha, en la segunda la Real le imprimió más ritmo al partido lo que acabó condenando a la derrota a los rojillos. El segundo gol fue de pizarra, y nuevamente a balón parado, con un Iñigo Martínez que volvió a demostrar su gran remate de cabeza. Esta vez, los realistas no querían ninguna sorpresa como en Puzela, donde tenían el encuentro de cara y por retrasar un poco el Valladolid en dos minutos le consiguió empatar el partido. Siguieron con su entusiasmo de ampliar el marcador. Con la expulsión de Loties, el Osasuna ya había perdido toda esperanza de poder remontar el partido. Nuevamente, a balón parado llegó el tercer gol, y esta vez del jugador que más fino está de cara a portería, el extremo francés Griezman. No contento con este resultado, Arrasate realizó cambios más ofensivos todavía, introduciendo en el campo a sus dos delanteros, Imanol Agirretxe y Haris Seferovic. Los rojillos ya solo querían que transcurriera el tiempo lo más rápido posible e intentar evitar que el resultado fuera más amplio. No era el día de Gracia, nada le salía como el quería, y la Real, por su parte siguió marcando goles para la satisfacción de su afición. Chory y Seferovic terminaron por endosar todo un 5-0 a un equipo al que es muy difícil hacerle goles.
En este encuentro, pudimos ver la confirmación de Rubén Pardo, y la solvencia que da a este equipo con su capacidad de jugar a fútbol . En los partidos que ha sido titular los resultados hablan por sí solos, con tres empates y cuatro victorias. Sin ninguna duda, lo que le hacía falta a este jugador era continuidad, ya que en muchos partidos tenía esa presión para demostrar en muy pocos minutos la calidad que atesora. La nota negativa del partido la dejo Seferovic, que tras marcar el gol hizo un gesto mandando callar a la afición, casa que no ha sentado muy bien dentro de la hinchada txuri-urdin.
El Real Sociedad- Osasuna tenía en sus manos despertar a una afición que se habían citado a las 16:00 de la tarde para ver este “semiderbi”. Los partidos que abren la jornada del sábado siempre son más difíciles, no llevan un ritmo muy alto, y la entrada no suele ser tan óptima. Quizás, esto se debe a la hora de este partido, ya que muchas la consideran como el tiempo de la siesta. Sin ninguna duda, este apelativo no fue acorde con este partido. Debido a la jornada de entre semana y a la proximidad de los partidos de la Champions, Arrasate realizó varios cambios en la alineación, introduciendo a Ansotegi en el centro de la defensa, al igual que también a Elustondo como único pivote en el equipo. Javi Gracia volvió a alinear su once más frecuente. Otra de las novedades fue el tridente ofensivo que se formó sin la presencia de ningún delantero, el cual estaba formado por Chory Castro, Carlos Vela y Griezman. Esto es algo que pagarán cuando los jugadores empiecen a sentir el cansancio del transcurso de la temporada, pero lo cierto es que tampoco tiene muchas armas en el banquillo, por lo que una plantilla corta y sin gente de confianza en el banquillo es una mala combinación.
Los partidos contra el Osasuna siempre son muy físicos, es un equipo que te exige mucha lucha, en especial en el centro del campo. Tras la salida de Mendilibar y la llegada del nuevo técnico, los rojillos han mejorado ciertos aspectos en el juego. Son un equipo mucho más organizado, trabajan mucho la defensa, por lo que saben cerrarse bien y replegarse con relativa facilidad buscando a su hombre de referencia: Oriol Riera. El planteamiento de Gracia les estaba surgiendo su efecto en la primera media hora de la primera parte. Sus líneas estaban muy juntas, por lo que las zonas de creación de la Real se dificultaban. Ni Pardo ni Zurutuza conectaban con los hombres de ataque, y dependía mucho de jugar con balones largos aéreos, donde el Osasuna gracias a su poderío físico tenía esa partida ganada. Poco a poco los locales iban teniendo más la posesión, pero crear ocasiones era muy difícil, pese a que los hombres de ataque estaban muy activos, intentando crear la confusión en la zaga con sus constantes movimientos y cambio de posiciones.
Si un hombre estaba luchando por cambiar el orden del partido, ese era Rubén Pardo, el cual destapó con un partidazo frente a su afición. El planteamiento del Osasuna les permitía crear superioridad en el centro del campo, pasando 4-2-1-3 del principio, a jugar más con un 4-1-2-3. Esto hacía que los dos hombres con mejor visión de juego de la Real Sociedad conectaran con más facilidad, por lo que conforme pasaban los minutos el encuentro cada vez estaba más de lado de los locales. El primer gol llegó tras un gran cabezazo de Ansotegi. Tras verse superados no lo quedó otra a Gracia que cambiar la táctica de su equipo, por lo que pasaron a jugar un poco más agresivos, lo que llevaba a que sus líneas no estuviesen tan compenetradas y se hacía más fácil llegar al área rival.
Con un primera parte de mucha lucha, en la segunda la Real le imprimió más ritmo al partido lo que acabó condenando a la derrota a los rojillos. El segundo gol fue de pizarra, y nuevamente a balón parado, con un Iñigo Martínez que volvió a demostrar su gran remate de cabeza. Esta vez, los realistas no querían ninguna sorpresa como en Puzela, donde tenían el encuentro de cara y por retrasar un poco el Valladolid en dos minutos le consiguió empatar el partido. Siguieron con su entusiasmo de ampliar el marcador. Con la expulsión de Loties, el Osasuna ya había perdido toda esperanza de poder remontar el partido. Nuevamente, a balón parado llegó el tercer gol, y esta vez del jugador que más fino está de cara a portería, el extremo francés Griezman. No contento con este resultado, Arrasate realizó cambios más ofensivos todavía, introduciendo en el campo a sus dos delanteros, Imanol Agirretxe y Haris Seferovic. Los rojillos ya solo querían que transcurriera el tiempo lo más rápido posible e intentar evitar que el resultado fuera más amplio. No era el día de Gracia, nada le salía como el quería, y la Real, por su parte siguió marcando goles para la satisfacción de su afición. Chory y Seferovic terminaron por endosar todo un 5-0 a un equipo al que es muy difícil hacerle goles.
En este encuentro, pudimos ver la confirmación de Rubén Pardo, y la solvencia que da a este equipo con su capacidad de jugar a fútbol . En los partidos que ha sido titular los resultados hablan por sí solos, con tres empates y cuatro victorias. Sin ninguna duda, lo que le hacía falta a este jugador era continuidad, ya que en muchos partidos tenía esa presión para demostrar en muy pocos minutos la calidad que atesora. La nota negativa del partido la dejo Seferovic, que tras marcar el gol hizo un gesto mandando callar a la afición, casa que no ha sentado muy bien dentro de la hinchada txuri-urdin.