Otro británico suma el cuarto triunfo del equipo Dimension Data en este Tour. Se fue en solitario a falta de 27 kilómetros para culminar una larga escapada en la primera jornada pirenaica. Van Avermaet sigue de amarillo y amplía distancias en la clasificación general. Lamentable incidente con la caída de la pancarta del último kilómetro, que dejó herido al británico Adam Yates.

El británico Stephen Cummings ganó en Lac de Payolle y es la cuarta victoria de etapa del equipo Dimension Data en este Tour.
Mejor empezamos por lo bueno. La escena ya nos resulta familiar. Nos estamos acostumbrando a ver entrar ganador en meta al maillot blanco, con franja horizontal verde en el centro y mangas negras, del equipo Dimension Data. Lo vimos gracias al triplete de Mark Cavendish, que ahora ha vuelto a lucir el jersey verde de la regularidad, y este viernes lo volvimos a ver gracias a otro ciclista británico. En esta ocasión, nos lo ha mostrado Stephen Cummings, que entró victorioso en la meta de Lac de Payolle para darle a su equipo el cuarto triunfo en lo que va de Tour. Cummings culminó así una larga escapada y es el primer ganador del tríptico pirenaico.
Es la segunda juventud de Cummings, que a sus 35 años está viviendo una temporada notable con triunfos en la Tirreno-Adriático, Vuelta al País Vasco, Critérium del Dauphiné, más el triunfo en este Tour de Francia al que se le suma el de la pasada edición. En realidad, hace ya tiempo que la edad no supone ningún obstáculo para conseguir triunfos en el ciclismo. Por encima de cualquier contingencia y factor exógeno, la veteranía es una virtud que sirve para dosificar esfuerzos y optimizar aptitudes en las etapas más exigentes. Se lo demostró Cummings este viernes a sus numerosos compañeros de escapada (29 en total), hombres como Nibali, Dani Navarro, Luis Ángel Maté, Fabian Cancellara o el propio maillot amarillo, Greg Van Avermaet. Pudo con todos.
Mal asunto cuando tienes de compañero de fuga a un viejo zorro como Stephen Cummings. Vale más que te coja el pelotón o directamente no escaparse. Puedes estar extenuado después de llevar una kilometrada en las piernas que Cummings estará fresco como una lechuga para asestarte un zarpazo cuando menos te lo esperas. Así, a falta de 27 kilómetros, es capaz de demarrar sin ningún miedo a la siempre temible ascensión al Col de Aspin. «Ahí os quedáis, pringaos», pareció proclamar este británico de Wirran, que se fue como un misil a por el triunfo. Ni alguien más joven e impetuoso como Dani Navarro, ni un triple ganador de las tres grandes rondas por etapas (Tour 2014, Vuelta 2010 y Giro 2013 y 2016) como es Vincenzo Nibali, pudieron resistir el paso ganador de Cummings, al que ya no le volvieron a ver el pelo hasta el podio final, aunque poco pelo le iban a ver aunque lo tuviesen a un palmo. No se puede tener todo, Stephen. Al final solo se le acercaron relativamente el sudafricano Daryl Impey y el español Dani Navarro, que terminaron segundo y tercero a 01:04.

El arco del último kilómetro se cayó al paso del grupo de favoritos y el peor parado fue el británico Adam Yates.
El gran damnificado de la jornada fue el británico Adam Yates, al que se le cayó encima la pancarta del último kilómetro cuando llegaba en el grupo de los favoritos. Tremendo castigo. Resulta lamentable y difícil de explicar que en la carrera por etapas más importante del mundo se caiga el arco que indica los últimos 1.000 metros a meta, pero así ocurrió y así lo contamos. Se vino abajo al paso del grupo de favoritos y el peor parado fue el británico Yates, al que al menos la organización ha resarcido situándole segundo en la general (a 05:50 del líder Van Avermaet) y otorgándole el maillot blanco de mejor joven. «Lo deseaba, cogí una buena renta… y entonces, ¡bang! No me lo creía». Como para creérselo. Es difícil de asumir que ocurran estas cosas en un gran acontecimiento deportivo como el Tour de Francia. Este británico fue el peor parado al sufrir diversas erosiones que le hicieron recibir puntos de sutura en la barbilla por el penoso incidente. Su colega Rubén Plaza, que le atendió sobre el asfalto, tampoco daba crédito a lo sucedido.
También terminó mal la etapa el presunto jefe de filas del FDJ, Thibaut Pinot. Decimos presunto porque su teórica posición principal en su equipo se vio cuestionada por el fuerte ritmo que marcaron sus compañeros desde las primeras rampas del Aspin. Terminaron descongándolo bajo la pancarta de 10 kilómetros y se acabó dejando tres minutos en relación a sus rivales por la general, que pudieron llegar a la meta sin perder mucho tiempo y sin mayor incidencia, incluyendo a Alberto Contador, al que solo le faltaba que se le cayera encima una lona. Afortunadamente no fue así, Contador entró en tiempos de los demás favoritos y apenas cedió 40 segundos respecto al maillot amarillo. Todavía quedan dos grandes etapas en los Pirineos, incluida la ascensión al Tourmalet de este sábado, y el de Pinto dispone de buenas oportunidades para disparar sus balas de plata.