El equipo estadounidense humilla a todos sus rivales con Froome ganando la etapa para alcanzar el liderato de manera aplastante y Porte segundo en la tendida subida de Aix 3 Domaines
Un aceptable y regular Valverde se postula como el gran enemigo de los Sky con su tercera posición en etapa y general, mientras que Contador y ‘Purito’ pierden cerca de los dos minutos rozando una crisis preocupante
El colombiano Quintana deja destellos de su clase en las dos grandes subidas del día, con los Euskaltel Nieve y Antón entre los 10 primeros cuando Schleck y Evans se hunden, y refulgen los Belkin Mollema y Ten Dam
Carlos Oleagoitia (@oleagoicarlos)
Si hasta la disputa esta octava etapa del Tour la general iba muy bloqueada y comprimida, con todos los favoritos en un puñado de segundos fruto de la crono por quipos y con ciclistas secundarios intercalados entre ellos, tras la disputa de la primera etapa de gran montaña con final en alto pocos dudan del favoritismo del inglés Froome (Sky) a anotarse el Tour del Centenario, dado la distancia en forma y fuerzas que esgrimió hoy con respecto a sus rivales en la carretera. A partir de ya, con dos Skys comandando la general y con Contador (SaxoTinkoff) flaqueando a las primeras de cambio, la ronda francesa parece destinado a ser dominado tiránicamente por el mismo equipo que lo ganase el año pasado con el británico Bradley Wiggins (Sky), que se encuentra estos días en Frankfurt (Alemania) como espectador del una prueba del Ironman.
Con casi 200 kilómetros de etapa, los valientes del día no pudieron llegar con la suficiente distancia a la base del primer gran puerto del día y del Tour, un Paihleres que a 45 kilómetros de meta veía la arrancada fulminante del colombiano Nairo Quintana (Movistar), vencedor autoritario ya este año en abril en la Vuelta al País Vasco y que se vestiría en meta con el maillot blanco que le coloca al frente de la clasificacón de los jóvenes, y a quien ni Rolland (Europcar) ni Igor Antón (Euskaltel) pudieron seguir en un vano intento de caza y pérdida de energía para la subida final. ¡¡¡Atacar desde lejos es muy romántico pero la clave está en poder, no en querer!!! El Sky había tomado el mando de la carrera, a sabiendas que los australiano del Orica del líder Impey se desentedería del control, y mantuvo a un minuto de distancia al fugado, que en la bajada siguiente aprovechaba para alimentarse; la joven esperanza colombiana del Movistar español sería cazado a 5 kilómetros de meta por los favoritos, a los que Porte (Sky) llevaba muy maduros, hasta que Froome (Sky) decidía tirar en solitario para la cima en pos de su primera victoria de etapa en este Tour de Francia 2013.
Evans (BMC), Talansky (Garmin) o Schleck (RadioShack), entre los de más renombre, hacía kilómetros que habían cedido terreno y tanto ‘Purito’ Rodríguez (Katüsha) como Contador (SaxoTinkoff), a pesdar del apoyo de su compañero Kreuziger (SaxoTinkoff) en caso del pinteño, entraron en barrena, dando muestras de una preocupante flaqueza a muchos kilómetros de meta aún. La sorpresa agradable la dieron Valverde (Movistar), que se aupó al tercer cajón de la etapa y por consiguiente de la general, quitando la razón a quienes dudaban de su clase para las grandes rondas, y también los Euskaltel Mikel Nieve e Igor Antón, séptimo y décimo la etapa respectivamente y extramotivados por el masivo apoyo de la afición vasca, que una vez más desembarcó a granel en los Pirineos para animar a los naranjas y a todos el pelotón a su vez. También resultó una etapa reivindicativa para el Belkin belga, antiguo Rabobank y reciente Blanco, que con los holandeses Bauke Mollema y Lawrence Ten Dam se auparon a la cuarta y quinta plazas, mostrándose como una segunda alternativa seria a dar guerra en la carrera. Otra cosa será que el Sky lo pueda permitir porque ya ve a todos sus rivales con más de un minuto de distancia cuando lo duro no ha hecho más que comenzar.
El fin de semana de Pirineos con la alta montaña continúa mañana domingo 7 de julio con la novena etapa que llevará a los ciclistas de Saint-Girons a Bagnères de Bigorre en 168 kilómetros, con cinco puertos de montaña, 4 de ellos de primera categoría, entre ellos los famosos Cols de Mente y Peyresourde, pero muy lejos de meta; aunque no sea un final en alto, la larga bajada de más de 30 kilómetros del último puerto es un coto idóneo tanto para las emboscadas tácticas desde lejos que puedan intentar los hombres de la general como los esforzados en fuga.