El Barcelona firma la mejor primera vuelta de la historia goleando en La Rosaleda
Messi, Cesc y Thiago, goleadores azulgranas; Buonannotte marcó el del Málaga
Los de Pellegrini, impotentes ante la fuerza del rodillo azulgrana
Por Alejandro Rozada (@alexrozada)
Se merece este Barcelona que lo saquen a hombros. No existe una manera mejor de reconocer el arte. Este equipo imparte lecciones de maestría en cada partido. Su poderío es insultante. Después de la majestuosa primera vuelta que ha completado, quizás deberían abrirse las plazas de toros para que jueguen en ellas los partidos de la segunda vuelta. Para abrir boca, el próximo partido contra la Real Sociedad en San Sebastián, no se debería jugar en Anoeta; sino en el flamante Donostia Arena 2016, ese futurista recinto que merece la consideración de plaza de 1ª categoría. Y así irían completando un recorrido triunfal por todas las plazas del país con paradas de excepción en Las Ventas (Madrid), La Maestranza (Sevilla), La Misericordia (Zaragoza) y el coso de Valencia, entre otros. Todos ellos, escenarios portentosos, para rendir tributo a un equipo que no se cansa de recibir ovaciones. El Barça ha culminado con salero y hombría la vuelta al ruedo de la primera mitad de la Liga; la mejor de la historia. Por supuesto, la Monumental de Barcelona sería el insigne escenario donde los artistas torearían cada 15 días para darse un merecido homenaje.
Ni los más optimistas podían imaginar una primera vuelta tan feliz. El Barcelona ganó 18 partidos de los 19 disputados, dejándose por el camino solo un empate ante el Real Madrid. Una pequeña encerrona, que dicen los taurinos. 55 puntos de 57 posibles. 64 goles a favor y 20 en contra. Todo responde a las expectativas más positivas: afición volcada, buen ambiente, juego bonito, el papel de los futbolistas, la mano firme del entrenador, su acierto con el estoque, los goles… No faltó ni un rondo. En la segunda parte, Busquets, Xavi, Iniesta y Messi se entrenaron y jugaron a las cuatro esquinas sobre el césped de La Rosaleda, cuán pachanga de recreo.
El partido de La Rosaleda se preveía como una corrida de esas que marcan época. Nada más lejos de la realidad. Enseguida se comprobó, viendo los pases de Xavi, Iniesta, Messi y compañía, que aquello iba como mucho para faena de aliño en La Malagueta. Los toros, cuidadosamente elegidos por Pellegrini, algunos de ellos cotizados allende nuestras fronteras, dieron el juego que buscaban, sobre todo en los primeros minutos, con empate a cero en el marcador. Pero a pesar de su digna disposición sobre el terreno de juego y la finura en el trato al balón, los morlacos malacitanos pronto se rebelaron muy manejables, favoreciendo el triunfo de los toreros azulgranas.
Desde el pitido inicial, el Barça logró estar a la altura. Y solo se encontraron con la resistencia de Caballero, muy atento en la salida ante Messi y en el despeje al disparo de Iniesta a bocajarro. No estuvo tan acertado Camacho, que flaqueó en la entrega hacia atrás y permitió el lucimiento de Messi que, saliendo desde la derecha como un tiro, se citó con su compatriota, se arrimó, le marcó la salida hacia la izquierda y cuando Caballero se lanzó a por el balón, el 10 azulgrana se dio la vuelta en sentido contrario y marcó a puerta vacía. El bravo guardameta del Málaga había quedado envuelto por el capote mágico del ambidiestro voraz; 28 goles en la Liga acumula el de Rosario, que lleva 9 jornadas seguidas marcando, un récord que estaba en posesión de Ronaldo desde 1997. Esta acción fue suficiente para llegar con marcador favorable al descanso. Los de Pellegrini reclamaron una posible mano de Piqué tras un centro de Eliseu, pero no fue tal porque el balón se estrelló en el cuerpo y no en el brazo del defensa.
En el segundo tiempo, los de Vilanova volvieron a entregarse por completo. Cesc Fábregas estuvo a la altura de las expectativas. Se mostró firme y seguro para trazar un natural ante Caballero y marcar. Fábregas recogió la muleta en forma de asistencia que le sirvió Messi, la séptima del argentino en lo que va de campeonato, le ganó la espalda a Sergio Sánchez con un control magistral con la pierna izquierda y extendió la derecha para batir al portero del Málaga en su salida. Ya había avisado en el primer tiempo el de Arenys con un zurdazo que se marcó rozando el palo izquierdo de la porteria malacitana, pero en esta ocasión no perdonó en la suerte suprema del gol.
Y antes del paseíllo hacia el túnel de vestuarios, Thiago Alcántara se inventó un slalom de fantasía a modo de verónica en pleno campo malaguista, pared incluida con ese picador insaciable llamado Messi, y marcó el tercero de la noche en La Rosaleda. Fácil, seguro y con la variedad que requiere este tipo de corrida se mostró el Barça; además de contundente con la espada. Con cierta generosidad, permitiendo que el anfitrión se luciera con un golazo de falta de Buonannotte, otro argentino en estado de gracia que venía de endosarle dos muletazos en forma de doblete al Eibar en la Copa del Rey.
El éxito artístico y el triunfo deportivo del Fútbol Club Barcelona en esta recién terminada primera vuelta, no estaba cantado. Ha sido algo histórico, fuera de toda perspectiva. Han completado una faena digna de ovación, orejas, rabo y vuelta al ruedo. En la segunda vuelta que está a punto de nacer, ¿se podrá disfrutar de esta cuadrilla inimitable de futbolistas en los grandes cosos del país? Eso supondría un reconocimiento digno de estos artistas. En la vuelta al ruedo final, algunos ya esperan incluso que el empresario (Rosell) salga al ruedo para ovacionar y llevar a hombros a Vilanova. Lejos de los terrenos de juego también los hay con mucho arte. Toreros, toreros y olé.