El Barcelona sentencia la eliminatoria en el Ciutat de Valencia neutralizando el gol de El Zhar en la primera parte
Alejandro Rozada (@alexrozada)
El billar francés es una modalidad del juego de billar que se disputa a tres bolas únicas y preferiblemente entre dos personas, aunque puede ser disputado por más jugadores si se desea. No fue necesario en el Ciutat de Valencia. Entre Lionel Messi y Cristian Tello se bastaron para lograr un póker de carambolas que dejan sentenciado el pase a las semifinales de la Copa. Si el Levante quiere remontar esta eliminatoria, necesitará mucho más que una cuádruple carambola en el Camp Nou. No basta ni con el mejor de los tacos para conseguir un milagro. Si en el juego de mesa, el propósito es tocar con la bola asignada las otras dos para lograr así una carambola, en el fútbol se trata de aprovechar la sociedad de dos jugadores para conseguir el mayor número posible de goles. Marcó cuatro tantos el Barcelona y los cuatro llevaron la firma de Tello, aunque el primero contó con la inesperada e involuntaria colaboración de Juanfran. Pero sobre todo tuvo la genial colaboración de un mago argentino que, si bien esta vez se quedó sin marcar, sus aportaciones resultaron decisivas para remontar a lo grande un partido que se había puesto cuesta arriba en el primer tiempo. De las botas de D10S nacieron los cuatro goles del Barça. Y así, como si fuera una manera cualquiera de echar el rato, disfrutaron haciendo combinaciones imposibles.
El uno a cuatro que refleja el marcador final del encuentro resume el potencial del rodillo culé en el segundo tiempo, pero no hace justicia con la garra levantinista en los primeros 45 minutos. Siguiendo el guión del igualado partido del pasado domingo, la segunda entrega de la trilogía azulgrana comenzó con dominio de los hombres de Caparrós. Las primeras aproximaciones peligrosas fueron para el Levante, que incluso protestó por un derribo a El Zhar en el área del Barça y se reprochó a Hernández Hernández que sancionara con una simple amarilla una mano de Bartra ante David Barral. Pero ni el árbitro ni nadie impidió que los locales se adelantaran en el marcador con un gol de El Zhar a la salida de una falta. El marroquí se aprovechó de un pésimo despeje de Puyol para fusilar a bocajarro, Pinto rechazó a la primera pero no a la segunda. Otra vez el balón parado condenaba al Barça y provocaba el delirio en un Ciutat de Valencia entregado a un equipo que empezó a creer en el milagro de destronar al vigente campeón. El descanso templó gaitas y ánimos.
Hat-trick de Tello
El paso por los vestuarios vino bien al Barcelona para acomodarse en el campo recurriendo para ello al clásico manual de la posesión, combinada con peligrosas llegadas por las bandas. Pedro y Alves se repartían el protagonismo en las incursiones por la derecha, mientras que Tello se bastaba y sobraba él solito para causar estragos desde el lado contrario. Por ahí vino la jugada tonta del partido, una carambola con premio para el Barça. Messi se inventó un genial pase en profundidad para romper a la zaga granota, con Nagore reclamando un fuera de juego inexistente, y habilitó a Tello por la izquierda, que probó fortuna con un disparo cruzado que repelió Javi Jiménez hacia el interior del área chica, donde Juanfran y Vyntra se empeñaron en echar una partida al billar francés: el griego despejó a la buena de Dios con tan mala suerte que su despeje tocó en Juanfran, que venía en carrera, y se introdujo en su propia portería. La jugada desarmó completamente al Levante, un juguete a roto a partir del empate en manos de su rival. Ni siquiera se pudo beneficiar de la lesión de Puyol, sustituido por Mascherano en el minuto 57.
El segundo tiempo se convirtió en una placentera pachanga para Cristian Tello y Lionel Messi. A base de carambolas, catalán y argentino sentenciaron el partido hasta convertirlo en un paseo triunfal para los culés. Dándole todo el (de)mérito del empate a la mala fortuna de Juanfran, que no quería pasar por ahí en ese preciso instante, Tello inauguró su cuenta goleadora con una precisa definición tras ganar la espalda a Nagore y a los defensas levantinistas culminando así un magnífico pase de Messi al hueco. Con Iniesta fuera de combate, el rosarino se vistió el uniforme de asistente y demostró que ese traje también le queda a medida. No pudo marcar, pero se empeñó en engordar a base de pillerías y genialidades el bagaje goleador de su joven compañero de Sabadell, al que le regaló un hat trick. En la jugada del tercero del Barça, Leo resistió todo tipo de patadas hasta conseguir una falta, que botó rápidamente para aliarse con Alves en una vertiginosa pared que concluyó con un balón filtrado para que Tello definiera a placer. Y el recital del mago de Rosario no concluyó aquí porque también sirvió un pase largo y cruzado para que su compañero se convirtiera en el primer español que logra un hat-trick con el Barça en la Copa del Rey en los últimos 30 años, alcanzando la plusmarca establecida por Quini un 22 de febrero de 1984. Si la cosa va de estadísticas, a Messi solo le faltó marcar para cuadrar el círculo en su partido 400 como blaugrana.