Fueron dos carreras en una. En la primera Zarco, Corsi, Folger y Viñales plantaron batalla y pelearon por los puestos de honor del GP de Gran Bretaña en el mítico circuito de Silverstone. En la segunda carrera, Kallio y Rabat se miraron y tantearon primero en la distancia y después mano a mano, con el finlandés tirando del grupo gran parte de la carrera buscando la escapada en solitario mientras Rabat se fajaba con malos compañeros de viaje como son el rookie del año Maverick Viñales o el correoso Simone Corsi.
La salida fue limpia y Zarco defendió con uñas y dientes su pole position. Lo hizo todo lo que pudo, hasta que con trece vueltas para el final Kallio le superó y marcó un ritmo que solo Viñales, cuando reclamó la segunda plaza pudo igualar por momentos. Zarco en ese momento mostró por qué no está para otra cosa que no sea las carreras esporádicas y cortó la remontada del grupo entorpeciendo a Maverick y permitiendo que de nuevo Kallio cogiera aire. Encendido, Viñales batalló con cualquiera que se pusiera en su camino mientras Folger se iba al suelo y se llevaba a Corsi por delante.
Tomaban aire los pilotos de cabeza hasta que Tito se puso segundo y en dos vueltas rápidas redujo la diferencia de 1.5 segundos hasta ponerse a rueda con dos giros por completarse. Parece que la estrategia de conservar neumáticos para el final de las carreras vuelve a funcionar para el español del Marc VDS y vuelve a ser competitivo tras unos Grandes Premios complicados en los que su compañero de equipo redujo la diferencia a la nada. Y la última vuelta, como no podía ser de otra manera, fue de infarto. Se repasaron los pilotos del Marc VDS y Viñales se les unió para poner un poco más de pimienta si cabe. Y fue Tito Rabat el que se llevó los 25 puntos y el empujón de moral ampliando la ventaja en el campeonato.