Brasil 56-84 Serbia
Boxscore.

Bogdanovic entra a canasta ante las facilidades Brasileñas, el alero,esta vez no destacó hasta que el partido estuvo roto.
Serbia lleva 4 partidos ganados y 3 perdidos. Pase lo que pase en lo que queda de campeonato serán el equipo semifinalista con mayor número de derrotas y antes todos deben jugar al menos dos encuentros….el método FIBA fracasa y este partido es la constatación, especialmente curioso, aunque no de por sí revelador, es que este tipo de situaciones suelan beneficiar siempre a las mismas selecciones. Hoy el partido lo rompieron los árbitros, pero no fue un «atraco al uso».
Primera parte con toda la cerne sobre el asador. Ambos equipos plantearon un pulso a tirones, donde cada cual trató de sacar ventaja de los emparejamientos particulares.
El partido fue controlado tímidamente por Serbia durante casi toda la primera parte:
Teodosic, inspiradísimo con 16 puntos, fue una tortura para Marcelinho; Magnano sacó a Alex García para frenarlo, y el esforzado escolta secó momentáneamente al base serbio. Antes había sido clave en la neutralización de la primera ventaja de Serbia con dos triples. Pero un astuto bloqueo con agarrón incluido de Krstic le lanzó contra el base serbio y cometió su 3ª falta. Neto no estuvo a la altura de su actuación ante Argentina. Duelo de bases para Serbia, con reservas.
Varejao trató de atacar de fuera a dentro, a la manera de Bjelica, y ambos crearon problemas. Bogdanovic soltó un par de latigazos de calidad, así como un Marquinhos que se encuentra en estado de gracia. Ni Barbosa, ni Kalinic entraron en juego. Duelo de aleros en frágiles tablas.
Radulijca no se siente a gusto ante Brasil, las tres torres brasileñas son demasiado para él, el desequilibrio que produce Bjielica neutralizó el bajo rendimiento de Miroslav, y un par de acciones positivas de Krstic, plantaron cara a la superioridad física de Varejao y Hilario. Si decimos que Radulijca no estuvo fino, Splitter falló a la hora de romper el equilibrio en el juego interior. Tablas para los pívots.
Así, en resumen, con máxima igualdad y Teodosic destacando, Serbia llegó con ventaja en el marcador pero con todo por decidir. Brasil necesitaba a Barbosa y a Marcelinho, y Serbia dependía demasiado de Teodosic y Bjielica. Unos tratarían de recuperar a sus secundarios y los otros a sus actores principales. Ambos no iban a dejar que ninguna de las dos cosas fuese fácil.
Comenzó la segunda parte con esos argumentos, Radulijca encontraba el aro, Leandrinho no parecía tan acertado y entonces llegó el momento de gloria para la FIBA…
Los jugadores brasileños, especialmente reivindicativos; sobre todo en cuanto a su juego interior, que veía cómo su superioridad física quedaba neutralizada ante el oficio (ese eufemismo que utilizamos en deporte para referirnos a las trampas de los veteranos) de los interiores serbios; rompían en protestas tras un tiempo muerto pedido por su entrenador, el resultado dos tiros libres por una falta protestada sobre Radulijca y 4 tiros libres por dos técnicas a Varejao y Marquinhos. Adiós a un partido que ya nunca más se quiso jugar, a excepción de los siempre felices ante el conflicto, serbios. A un trío arbitral NUNCA se le puede escapar un partido de esa manera, las técnicas están para controlar el juego duro, sucio o las protestas excesivas….no para regalar medallas.
El resto del encuentro no merece ser comentado.
El dato: 29 a 12 de parcial en el tercer cuarto fundamentado en la jugada de las 2 técnicas, aquella jugada supuso 5 tiros libres anotados de 6 intentos mas la canasta posterior. En el siguiente ataque Serbia anotó de 3 consiguiendo 10 puntos en dos ataques…Los interiores brasileños NBA se quedaron en 7 de 25 en tiros ante el duro juego interior serbio, en la NBA suelen estar cerca del Top 10 en porcentaje de tiros de campo; Splitter 52,5% Varejao 49,5% Hilario 50,3% en la última temporada.
MVP. El trío arbitral, determinante. Brasil nunca volvió a entrar en el partido, desarbolada por la situación bajaron los brazos en defensa y en ataque mientras Serbia conservaba la inercia de un partido real de baloncesto.