La plaza sevillana en el bombo de cuartos de la Europa League será para el Sevilla. Hubo remontada en un magnífico encuentro. Un derbi que tuvo todo lo que debe distinguir un derbi: fútbol, ambición y emoción. Tanta que se resolvió en penaltis. Al final, el balón volvió a castigar al Betis en un fatídico año en verdiblanco.
Comenzó el encuentro como se esperaba. La zaga local sabía de la importancia de no encajar un gol en los primeros minutos y Calderón ordenó sus jugadores para ello. No tuvo suerte ayer con las lesiones, una constante durante toda la temporada, y Perquis abandonaba el verde cuando no se había cumplido el cuarto de hora. Entró Nono y el técnico argentino se vio obligado a recomponer su equipo, que hasta entonces había cometido muy pocos fallos atrás.
El Sevilla supo aprovechar la confusión y cinco minutos después asestaba el primer golpe. Abrió la eliminatoria una jugada por banda izquierda bien llevada por Alberto Moreno y mal defendida por el Betis. El cuero le llegó a Reyes en el corazón del área y el utrerano no perdonó. Uno arriba y más de una hora de partido por delante. Los de Emery siguieron intentándolo, aunque la primera parte no tuvo más historia. Una de Gameiro y poco más en un Sevilla que fue mejor que su rival.
La segunda parte comenzó frenética. El conjunto heliopolitano se sacudió el fantasma de la remontada y empezó a jugar muy bien al fútbol. Tanto que tuvo tres oportunidades prácticamente seguidas. La última, un disparo claro de Leo Baptistao que sacó magistralmente Beto abajo. Ahí estuvo la eliminatoria, pero la escuadra verdiblanca no la aprovechó y en un derbi no se puede perdonar. A los diez minutos, otra jugada por banda derecha con el mismo desenlace que la de Moreno, aunque con distintos protagonistas, igualaba la batalla. Esta vez fue Marin el que puso un pase venenoso al área que Bacca se encargó de remachar. Dos faltas tiradas penosamente por Salva Sevilla, que había entrado por un renqueante Baptistao, acabaron con los noventa minutos. Botellas de agua, estiramientos y ánimos entre compañeros prologaban lo que se avecinaba.
Y empezó la prórroga con más miedo que otra cosa. Los dos preocupados más por no recibir gol que por concretarlo. Más pendientes de tareas defensivas que ofensivas. Aun así, la mejor fue para los de Nervión en una doble ocasión que desbarató Adán. Primero a Gameiro, que no tuvo su mejor día de cara al gol, y después a Bacca haciendo gala de unos reflejos felinos que se echaban de menos por el Villamarín. Mucho respeto en el cuarto de hora restante antes de que se llegara a los penaltis. Nono falló el decisivo y la eliminatoria cayó del bando sevillista, aunque a buen seguro que los aficionados verdiblancos se fueron ayer de su estadio con la cabeza bien alta.
Un Comentario
Rama
Impresionante partido, de los mejores derbis de la historia de Sevilla. Una pena que no se decantara de lado del Betis. Musho Betis!