Por Diego García (@Diego21Garcia)
No ha hecho más que terminar la temporada 2012-2013 y ya se están preparando todos los equipos para la siguiente. Una liga algo más descafeinada ya que nunca más volveremos a ver los chicles, las protestas y las ideas alocadas de Sir Alex Ferguson.
Una liga en la que los 3 grandes de la actualidad -Chelsea, Manchester City y Manchester United- presentarán nuevos entrenadores en lo que será toda una incógnita. Los actores principales han cambiado para un mismo papel que vaya usted a saber si funcionará o no.
El Manchester United ha decidido seguir con un proyecto a largo plazo y continuador como el de Ferguson. Otro escocés, en este caso David Moyes, será el encargado de llevar a los Red Devils a la gloria. Un Moyes que llevaba más de 10 años en Goodison Park dirigiendo al Everton y que ahora deberá lidiar con más peso y responsabilidad. Su primera gran experiencia en un equipo puntero capaz de aspirar a todo. Son muchas las variables que pueden llevar a este Manchester United d. F. (Después de Ferguson) a la ruina. Y es que el equipo de Manchester se hizo grande gracias a Ferguson, nunca antes, y ahora está por saber si lo seguirá siendo después. Puede ser demasiada presión. Aunque es bastante posible que Moyes pueda con ello. Más difícil será hacer encajar a uno de los jugadores franquicia, Wayne Rooney, en el equipo. El punta inglés abandonó el Everton antes de tiempo en su día por problemas con Moyes y que el mismo día que el Manchester United anunció a su nuevo técnico Rooney pidiera que le traspasaran no es buena señal. El mercado de fichajes deberá dictar sentencia. Lo que queda claro es que Moyes tiene mucho trabajo por delante y en Rooney puede encontrar su ángel o su demonio.
El Chelsea, por su parte, ha querido retroceder en el pasado fichando a José Mourinho. El técnico que le llevó años atrás a una época de éxitos ligueros pero que nunca se hizo con la Champions. Parece que ha sido en época de vacas flacas cuando los de Londres han sabido pescar en Europa. Cosas del destino. Con Mourinho volverá la confianza y la serenidad a un Stamford Bridge que necesita volver a vivir esas goleadas encabezadas por Drogba y esas carreras del técnico portugués en la banda. Apostar por Mourinho es hacerlo sobre seguro, más lejos de su actitud fuera de los terrenos de juego donde saca a relucir todo un personaje ficticio. Aunque ahora no tendrá ruedas de prensa con Benítez y Ferguson en las que echarse tierra continuamente como nos tenían acostumbrados anteriormente. Más allá de los resultados, al portugués le darán la confianza para trabajar y se terminarán los años de montañas rusas vividos hasta la fecha. Con Abramovich sacando la chequera a pasear todo es posible.
«Queremos que se quede Mancini». Así despedían al técnico italiano en su último día en el Manchester City. Nada fácil lo tendrá Manuel Pellegrini para hacer olvidar a un técnico como él, que llegó y caló a la afición más de lo que nadie se pueda imaginar. Con un fútbol rácano, nadie se explica cómo Mancini gustaba tanto entre los citizens, sobre todo por el poco rendimiento de una plantilla tan perfecta. Con Pellegrini llega el cambio brutal. «Ahora no nos pondremos 1-0 por delante y nos echaremos atrás a defender». Así ha comenzado el técnico chileno sus declaraciones en el día que ha sido anunciado oficialmente como entrenador. Pellegrini es fútbol por los 4 costados y en el Manchester City tiene mimbres y jugadores para armar un proyecto exitoso y esperanzador. Generalmente se ha caracterizado por sacar el máximo rendimiento a equipos pequeños con plantillas cortas, y ahora tocará saber si con una plantilla tan amplia conseguirá implicar a todos los jugadores y soportar la presión. En su gran experiencia en un equipo top como el Real Madrid supo plasmar un juego preciso y precioso, pero los resultados en Copa y Champions fueron bochornosos, mientras que en Liga se enfrentaron con el mejor Barcelona de la era Guardiola. Si Pellegrini sabe gestionar los problemas con las vacas sagradas como en su día no lo hizo con Riquelme, el éxito está asegurado. Pero no puedo ni imaginarme al técnico enfrentándose semana sí y semana también con Kompany o Tévez…
Todos tienen lo necesario para triunfar. Pero todos tienen muchos condicionantes para fracasas. El pasado, la presión. ¿Darán la talla? Por si acaso, Wenger tiene la escopeta cargada.